El Ministro Gallardón, aunque no ha concretado cuáles serán las novedades en el texto, ha señalado que el proyecto de ley "no se distancia de lo que ha sido el discurso tradicional del PP en defensa de la vida y los derechos de la mujer, que además se adecúa a la doctrina del Tribunal Constitucional".
La nueva regulación de Gallardón supondrá, si todo sigue lo previsto, una vuelta a la ley de supuestos de 1985 que permite la interrupción voluntaria del embarazo sólo en tres casos: violación; daño para la vida, salud física o psíquica para la madre; y malformaciones físicas o psíquicas del feto.
En respuesta a las exigencias de la Conferencia Episcopal, el titular de Justicia había planteado en un primer momento eliminar el tercer supuesto, una postura ultraconservadora que levantó recelos incluso hasta dentro de su propio partido, lo que desembocó en el aplazamiento en la aprobación de la nueva norma.
Según publica el diario ABC, que adelanta la información, Gallardón habría limado estos "recelos" con el Ejecutivo, volviendo a incluir el supuesto de malformaciones del feto, pero con matices, pues les añade un nuevo “apellido”, que "sean incompatibles con la vida".
Es de esperar que haya nuevas manifestaciones sociales contra la medida que supone un gran retroceso para la historia de la mujer. También es previsible que se produzca un repunte en las clínicas abortistas ilegales cuando se apruebe la medida, pues muchas mujeres dejarán de poder abortar.