Ante un Olympique a la expectativa de inicio, el mexicano Vela avisó a los once minutos, rematando al palo con la zurda. Las intenciones de la Real Sociedad no eran esperar a la vuelta para actuar, tal y como señaló su técnico Arrasate en la previa. Y la obra de arte de Griezmann apenas seis minutos después vino a corroborarlo.
El francés culminó una jugada perfecta del cuadro donostiarra, aprovechando un centro templado de Vela para inventarse una tijera imposible para el meta local, silenciando a Gerland y agigantando la moral de lo suyos. El retorno a la 'Champions' se iba a firmar a lo grande.
La Real encontró la pausa en la medular y vivió entonces de sus cuatro hombres de arriba, Vela, Griezmann, Seferovic y Vela, una pesadilla para los de Remi Garde, impotente en la banda. Sólo las esporádicas apariciones del intermitente Gourcuff generaban amenaza en un contexto idílico para el conjunto vasco.
La imagen, sólida, acompañada del dominio el electrónico, elevaron la confianza 'txuri-urdin' hasta el infinito. Fruto de ella Seferovic envió un segundo mensaje. Otro inolvidable y definitivo. El suizo enganchó un remate, tras bote, con su zurda desde 25 metros que se coló por la escuadra de Lopes, hundiendo al Lyon a los cinco minutos de la reanudación.
Nueve años después del adiós a la 'Champions', ante el mismo rival y en el mismo escenario, la Real Sociedad saldó su cuenta pendiente de forma brillante, exponiendo ante los ojos de Europa la propuesta que le encumbró el pasado curso en la competición doméstica.