Bernal dijo esto a los periodistas el pasado martes a la entrada de los Juzgados de Ávila, antes de asistir a la declaración como testigos de los guardias civiles que realizaron el atestado del accidente, y quienes han ratificado lo que ya dijeron el día del siniestro.
Los agentes reflejaron en el atestado que el conductor admitió, en el lugar del suceso, que podría haberse quedado dormido. Sin embargo esto no lo sostuvo ante la jueza. El día del accidente, a preguntas del fiscal, el conductor, R.G.S, de 54 años, señaló que “dormido no se quedó, que tampoco dio ninguna cabezada”.
El letrado ha explicado que el conductor está “en tratamiento” y que actualmente recibe “atención psicológica”. Bernal ha dicho que su cliente se encuentra “bastante regular”, “muy abatido” por el suceso, porque “ha afectado a muchísima gente”.
El siniestro ocurrió en el término municipal de Tornadizos, en la carretera Nacional 403, en la bajada del puerto de la Paramera, cuando el autobús se salió de la vía, lo que provocó la muerte de nueve pasajeros y heridas a otras 22
El abogado ha asegurado que confía en los informes técnicos porque “van a aclarar” detalles del accidente. Los viajeros del autocar siniestrado que resultaron heridos están prestando declaración estos días. Algunos de ellos no podrán presentarse, a la espera de que su estado de salud se lo permita.
Cuatro de los ocupantes han declarado el pasado miércoles ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Ávila y han reconocido que “fue un trayecto normal” incluso uno de ellos ha asegurado que el conductor “era de su absoluta confianza”. De los 22 heridos están llamados a declarar 18, de los que hoy acudirán otros seis, además de dos técnicos de la empresa Cevesa, propietaria del vehículo siniestrado.