Después de hablar con los rectores, el ministro de Educación había dejado bastante claro que el 6,5 de nota para acceder a las becas universitarias no iba a tocarse. Ayer, forzado por la presión del PPy de las CCAA de distinto signo político, no ha podido ser ya tan contundente. Es más, ha tenido que ceder y admitir que "se va a considerar", "revisar" o "recalcular" esta nota. Lo hará esta semana, porque el viernes quiere llevar el proyecto de real decreto al Consejo de Ministros.
Así lo afirmó ayer el ministro en rueda de prensa tras reunirse con los consejeros autonómicos encargados de la cuestión universitaria. Las 'populares' Galicia, Castilla y León, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana han planteado algunas objeciones al texto, además de las CCAA de otros partidos. Castilla y León, por ejemplo, ha pedido incluso que se vuelva a la situación que existía con el Gobierno anterior, del PSOE, cuando se podía acceder a becas universitarias con un simple 5. Es lo mismo que piden Andalucía o Asturias, gobernadas por otros partidos.
Wert ha respondido que al 5 no se vuelve, pero se ha mostrado abierto a revisar el 6,5 "en cuanto recalculemos las implicaciones económicas de las sugerencias que se nos han reformulado y seamos capaces de incorporarlas al cuadro de previsiones económicas".
Requisitos académicos
Pero no sólo parece que va a estudiar el Ministerio la nota de acceso a las becas, sino también los requisitos académicos para quienes quieran mantenerlas año a año. "Son revisables los criterios de mantenimiento de las becas", ha afirmado, un ministro que parece estar en las últimas.
Lo que no saben explicar en el Ministerio es por qué Wert dijo, tras reunirse con los rectores, que no cambiaba los requisitos académicos para acceder a una beca y ahora ha cambiado de idea. Precisamente después de que el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, haya dicho que un 5 "es un aprobado" y que la igualdad de oportunidades es conseguir que nadie deje de estudiar porque no tiene dinero para hacerlo.
"Eso es igualdad de oportunidades y ése es el objetivo básico de un sistema de becas y de inclusión y eso es en lo que tenemos que centrar el debate. A partir de ahí se puede primar el esfuerzo pero tiene que haber una base de igualdad de oportunidades", ha subrayado.
Así que, si Hacienda lo permite, habrá una rebaja la nota de acceso a las becas en Bachillerato y en la Universidad.
A Wert ya sólo le defiende Rajoy
La última advertencia del PP a José Ignacio Wert llegó este martes por la mañana desde el Congreso de los Diputados, cuando el portavoz del Grupo Parlamentario del PP rechazaba la propuesta del ministro de Educación de que el acceso a las becas universitarias exija una nota superior al 6,5. "Igualdad de oportunidades es que nadie deje de estudiar porque no tiene dinero", advirtió Alfonso Alonso en los pasillos de la Cámara Baja, haciéndose eco así al malestar que ha generado en las filas conservadoras la última decisión de Wert o su última cortina de humo, puesto que es el miembro del Gobierno que más y mejores cortinas ha creado durante todo el tiempo que la derecha volvió al poder.
Ayer, la Comisión Nacional de Educación del PP se reunió con el ministro en la sede nacional de la calle Génova. El encuentro estuvo presidido por la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y la responsable de este ámbito en el partido, Sandra Moneo. A pesar de que el PP envió convocatoria para los gráficos, la reunión pasó completamente desapercibida, porque finalmente se prescindió de darle publicidad alguna. Lo único que consta es un argumentario con las conclusiones de la reunión que no hace mención alguna al decreto de becas, aunque sí insiste en que "la prioridad del Gobierno es una educación de calidad para todos que garantice realmente la igualdad de oportunidades". Para ello, el PP reclama la necesidad de acabar con "los 30 años de modelo socialista", que sí es, en opinión de los conservadores, el verdadero motivo de que esa igualdad se vea amenazada por los altos índices de modelo escolar.
La preocupación e incomodidad del Ejecutivo y el PP con el ministro de Educación no es nueva; en realidad, siempre ha estado ahí. Wert no es un hombre de partido ni mantiene apenas contacto con sus máximos responsables; va por libre. Además, su relación con el responsable de Cultura de su departamento, el secretario de Estado José María Lasalle —hombre fuerte del partido a quien algunos señalaron como ministro de Educación cuando el PP ganó las elecciones—, es inexistente.
Gobierno y PP razonan que Wert "carece absolutamente de empatía, en un momento en que es más necesaria que nunca" para gobernar y gestionar, además, una de las materias más sensibles: la educación. Los conservadores, sin embargo, no pueden hacer nada más que lanzar a Mariano Rajoy mensajes para que le destituya.
Sin embargo, éste sigue haciendo caso omiso de las voces desesperadas, en una mezcla de confianza ciega en Wert —apela a su preparación y aguante— y el propio carácter del jefe del Ejecutivo, dispuesta a aguantar toda la tormenta hasta que escampe, sin mover un solo dedo.
Rajoy, sin embargo, nunca se había encontrado con una situación similar, ya que Wert ha conseguido poner en su contra a todos: desde la comunidad educativa, al Ejecutivo, pasando por el partido y a las comunidades autónomas gobernadas por el PP, particularmente Galicia, que además de mostrarse radicalmente en contra al decreto de becas, e incluso ha decidido congelar las tasas universitarias para el curso 2013-2014.