Las tres jóvenes liberadas el pasado lunes, tras permanecer 10 años secuestradas en una casa de Cleveland (Ohio), se encuentran animadas y tratan de volver poco a poco a la normalidad, pero solicitan que se respete su privacidad, han reconocido sus abogados. En una rueda de prensa ofrecida este domingo, los letrados han indicado que sus representadas no ofrecerán ninguna entrevista con los medios de comunicación hasta que termine el procedimiento criminal.
“Existe una investigación en curso en la que nuestras clientes son, a la vez, víctimas y testigos”, ha explicado James Wooley, uno de los abogados de las jóvenes. “Hacer declaraciones a los medios podría perjudicar a los intereses de Amanda Berry, Gina DeJesus y Michelle Knight”. Los letrados han leído un comunicado conjunto de las tres jóvenes en el que muestran su alegría por haber regresado a sus hogares y en el que piden respeto hacia su intimidad “para poder continuar con su recuperación y reconectar con su familia”. “Les pido, por favor, que acaten esta solicitud tan básica y simple. Denles espacio, denles tiempo, para que puedan restablecerse”, ha implorado Wooley.
Desde que dos de ellas regresaron a sus hogares el pasado miércoles, las cámaras de televisión, la prensa y los curiosos, estan apostados día y noche frente a las casas, como si estuvieran en un reality show. Finalmente, se impuso la razón y el sábado, las cadenas locales decidieron retirar a sus equipos de la zona, atendiendo a la petición de las víctimas de mayor consideración a su privacidad.
Por su parte, el alcalde de Cleveland, Frank Jackson, ha repetido en varias ocasiones la importancia de que se deje tranquilas a las víctimas y ha exigido a las fuerzas de seguridad locales una precaución “exquisita” para evitar filtraciones a la prensa del curso de la investigación.
Las tres jóvenes se muestran contentas por poderse reunir con su familia. "Estamos muy agradecidas por la generosidad y el amor de nuestras familias, amigos y de la comunidad”, han indicado en el comunicado, en el que también reconocen “los esfuerzos incansables de los miembros de los cuerpos de seguridad”.
Pero en los últimos días han aflorado críticas hacia el modo en el que la policía local llevó a cabo la investigación de las desapariciones de las tres jóvenes y desde el Gobierno local, algunos concejales han pedido que se revisen las causas que determinaron que el FBI eliminase de su base de datos los datos referidos al caso de Knight, que hemos de recordar ha sido la peor parada en este macabro secuestro, que según expertos, presenta los rasgos característicos de los psicopatas.
Mientras las tres jóvenes tratan de recuperarse de la pesadilla de los últimos 10 años y de volver a la normalidad, su captor, Ariel Castro, se encuentra preso en régimen de aislamiento y en vigilancia para evitar un suicidio en la cárcel del condado de Cuyahoga, en Cleveland. Castro ha sido de momento acusado de cuatro delitos de secuestro y tres de violación y la fiscalía sigue estudiando si presentar nuevos cargos de homicidio, en relación con los abortos que le provocó a Knight mediante palizas, según ésta relató a los investigadores. De tener éxito esta acusación, el ministerio público podría pedir la pena de muerte, que en Ohio sólo está prevista para casos de homicidio con agravante.
Una familia marcada
Los hermanos de Ariel Castro aseguran en una entrevista concedida a la CNN que como consecuencia de la detención conjunta con Ariel, ahora se sienten "perseguidos y atormentados" por esta relación familiar. Pedro y Onil Castro fueron detenidos junto con Ariel el lunes pasado pues inicialmente se sospechó que podrían haber estado vinculados con los secuestros o el cautiverio, pero la juez los puso en libertad sin cargos dos días después y el fiscal aseguró que no había pruebas concluyentes de que estuvieran al tanto del macabro secreto que su hermano ocultaba en su casa.
En el extracto de la entrevista que se ha adelantado este domingo y que será emitida en su totalidad el próximo lunes, Pedro afirma que ellos no sabían que su hermano mantenía secuestradas a las chicas. “Si hubiera sospechado algo se lo hubiera comunicado a la policía, eso es lo correcto”, explica.
Y es que las imágenes de Pedro y Onil dieron la vuelta al mundo cuando fueron publicadas el lunes junto a la de su hermano y, pese a que no había ni hay pruebas contra ellos, ese vínculo mediático les ha hecho objeto de ataques y amenazas. De hecho, los dos hermanos han denunciado que la casa que comparten con su madre, Liliana Rodríguez, de 71 años, ha sido atacada con piedras y por esta marca, los Castro han tenido que ser trasladados a otro lugar y cuentan con custodia policial para prevenir cualquier tipo de represalias por parte de la comunidad.
Con un aspecto completamente distinto al que mostraron el pasado miércoles cuando comparecieron ante el juez, con el pelo alborotado y el rostro demacrado, los Castro procuran, en la entrevista, desmarcarse de las atrocidades de las que su hermano está acusado. “La gente que me conoce sabe que Onil Castro no es esa persona y no tuvo nada que ver con eso. Que jamás se le ocurriría pensar en algo semejante”, asegura Onil.
Pedro, de 54 años, y Onil, de 50, están angustiados ante la idea de que sus vecinos nunca dejen de pensar que ambos estuvieron relacionados con el cautiverio y las torturas a las que su hermano sometió durante una década a Michelle Knight, Amanda Berry y Gina DeJesus.
Su prima, María Castro Montes, ha dicho a este respecto que Pedro y Onil solían beber mucho, por lo que ella esta convencida de que éste último no podía haberlos hecho partícipes del secuestro “porque estaban la mayor parte del tiempo borrachos. ¿Cómo iba a arriesgarse a que se fueran de la lengua mientras estaba en un bar?”.
El resultado de la vileza de un hombre que asegura ser "depredador sexual": tres familias atormentadas durante diez años y su familia señalada por un crimen del que no sabían nada.
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