Suma y sigue. Una final más para la generación de oro de nuestro baloncesto, que el domingo intentará recuperar el trono europeo. El rival, Francia o Rusia, se antoja indiferente.
Macedonia, etiquetada como “la cenicienta” del Eurobasket, dio más guerra de la esperada y no fue hasta el final del tercer cuarto cuando Navarro marcó las diferencias y consiguió asegurar la victoria.
El partido empezaba con una España muy floja en defensa y sin la fluidez necesaria en ataque. Los macedonios salieron a jugar sin miedo, sin sentirse inferiores, y todo ello se demostró en los primeros compases del choque. Ibaka tuvo su mejor partido con la camiseta española, que estuvo acompañada en la zona por la consistencia de Marc (11, 10, 5 al final del partido), y la entrada de Ricky otorgó el timón del partido a los nuestros. Rudy, encargado de defender a la gran estrella macedonia (el nacionalizado McCalebb) hizo un gran trabajo, pues el base no pudo anotar hasta el minuto 7. Un triple de Llull cayendo hacia atrás y sobre la bocina colocó un 26-18 al final de este primer cuarto.
El segundo periodo no podía empezar mejor: Triple de Ricky para romper el 0/12 que llevaba en el torneo. Aun así, Macedonia consiguió un parcial de 10-0 que los puso por delante, gracias a una zona que Scariolo no supo atacar. La teórica superioridad interior española fue apagada por los árbitros del partido, que fueron objeto de numerosas protestas por parte de varios jugadores españoles. Si ello fuera poco, Macedonia planteó un ataque sin referencias interiores, con Pero Antic ametrallando desde más allá de los 7 metros. Aunque Navarro y Calderón rompieron el parcial con sendos triples, la defensa española seguía haciendo aguas, provocando que los macedonios llegaran por delante al descanso con un 44-45, la anotación más alta de Macedonia en una primera mitad.
En los vestuarios, parece que Navarro se tomara una bebida mágica que le diera las claves para ganar él solo un partido. Lo del jugador del Barça en este cuarto no tiene nombre: más allá de los puntos (19) y de la exhibición, es el hecho de que siempre aparece cuando más hace falta y la seguridad de que con él en pista perder se hace harto complicado. A pesar de Juan Carlos, España no conseguía despegarse del marcador, pues Macedonia hacia pagar cada fallo defensivo de los de Scariolo. McCalebb despertó y llegó a los 17 puntos, en un antagónico duelo anotador entre él y el escolta catalán. Dos triples suyos consecutivos (el primero de una gran dificultad técnica) sellaron el cuarto, poniendo la máxima ventaja para España hasta ese momento (+9).
El último cuarto siguió siendo disputado, con una Macedonia que guiada por su base no se rendía nunca. A pesar de ello, España mantenía la ventaja de 10 puntos, con el mayor de los Gasol aumentando números. Aunque su porcentaje de tiro fue bajo (8/20), acabó con 22 puntos y 17 rebotes (9 de ellos ofensivos, nuevo record en la selección). Secundarios como Serge Ibaka y Ricky Rubio (gran dirección hoy del mago del Masnou) seguían manteniendo la ventaja. Navarro tampoco se iba de la fiesta para acabar con 35 puntos y 5/9 en triples.
El domingo será la gran final, donde los nuestros intentarán repetir el éxito de Polonia. El rival saldrá del duelo que hoy a las 20:00 disputarán franceses y rusos. Lo que ya es seguro es que estaremos en Londres 2012, objetivo prioritario de la selección este verano. Las sensaciones de cara al gran partido son buenas, con el mejor Navarro con España que se recuerda y con un juego interior que con solo nombrarlo provoca miedo. Kaunas debe de ser testigo de un nuevo hito en la historia del baloncesto español.