La Carta Magna deja sentado que la nación española es indisoluble, que la soberanía nacional reside en el pueblo español y que se reconoce la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran ha afirmado y por lo tanto, antes que nada "comencemos por respetar la Constitución y la Ley y luego hablaremos de lo que haga falta", ha sentenciado.
Los referendos, competencia estatal
El jefe del Ejecutivo, tras hacer uso de lo que establece la Constitución con respecto a los referéndums, ha subrayado que este Estado autonómico puede ser cuestionado, que caben críticas y propuestas de un modelo diferente, pero siempre que se hagan "dentro del marco de la legalidad". "Lo que no es aceptable, y espero que en esto estemos todos de acuerdo, es que se tomen decisiones que vayan en contra de la propia Carta Magna. Y menos desde las instituciones", ha manifestado.
Rajoy, no obstante se ha comprometido a mantenerse "permanentemente abierto al diálogo con todas las comunidades autónomas", para abordar cualquier diferencia de criterio, "necesidades insatisfechas, o carencias fiscales, económicas o competenciales", pero dentro del marco constitucional, ha insistido.
Para ello ya existen foros de diálogo entre las administraciones, como las comisiones bilaterales, las multilaterales o las conferencias de presidentes.
"No faltan ni marcos ni ocasiones para el diálogo. Si hay voluntad, siempre se puede llegar a acuerdos sin más exigencias que las que nos imponen el respeto a las leyes, a la razón y a la solidaridad", ha añadido.
La reforma inoportuna de la Constitución
El presidente ha lanzado después otro mensaje con destinatarios claros aunque no precisados. No se puede reformar la Constitución cuando no se tiene claro "qué se pretende reformar", cuando no es el momento "más oportuno" para ello y cuando no se cuenta con "suficiente grado de consenso social y político".
“La Constitución no se hizo al gusto de nadie en concreto, sino al servicio y con el acuerdo de todos. Y éste precisamente es uno de sus grandes valores, un valor que, desde mi punto de vista, convendría preservar", ha añadido.
En cualquier caso, el Presidente del Gobierno ha reconocido que este debate no es imposible, se puede plantear, la propia Carta Magna prevé cómo se puede reformar y que cualquier propuesta es aceptable "siempre y cuando se respeten las reglas del juego”.