El 27 de diciembre de 2011, Ana Botella llegó al Ayuntamiento para sustituir al anterior alcalde, Alberto Ruiz- Gallardón, que pasaba a ser ministro de Justicia. Botella se convertía así en la primera alcaldesa de Madrid.
Desde entonces Botella ha tenido que afrontar “el año más duro de la historia reciente desde el punto de vista económico”, según sus propias palabras. Su objetivo, afirma, ha sido que el Ayuntamiento “siguiera funcionando este año en algunas ocasiones mejor que el año pasado” y liderar un “esfuerzo para ajustar cuentas”.
El momento crítico de su mandato llegó el pasado mes de noviembre a raíz de la tragedia del Madrid Arena, “sin duda lo que marca este año de gestión”, como declaró la semana pasada.
Entonces fue muy cuestionada por haber realizado un viaje familiar a un spa de Portugal durante la gestión de lo sucedido en la macrofiesta de Halloween, celebrada en un recinto de titularidad pública.
Además, el delegado de Economía, Empleo y Participación Ciudadana y tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento, Pedro Calvo, dimitió tras ser imputado en el caso Madrid Arena.
Hasta las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en 2015, Botella ha prometido conseguir una Administración “más racional y pequeña, sin pensar en el rendimiento electoral de pasado mañana”, así como reducir la deuda, que supera los 1.000 millones de euros, la más elevada de todos los ayuntamientos españoles.