Como ya escribió la columnista Elvira Lindo el pasado miércoles para El País, el chico de barrio que viste camisas de cuadros volvió a despuntar en la noche del domingo.
Jordi Évole, sin dejarse nada en el tintero, no duda en entrevistar a los personajes más controvertidos del panorama actual. Anoche le tocó el turno a Artur Mas, con quien conversó en Vilassar de Mar, el pueblo del presidente de Cataluña.
Titulado como “El viaje de Artur Mas”, el programa transcurrió en una distendida conversación con el president. Lo curioso de este encuentro es que se produjo en el 12 de octubre más polémico, quizá, hasta el día de hoy, para Cataluña, circunstancia perfecta para hablar del proyecto independentista que propone el líder de CiU para las próximas elecciones anticipadas del 25N. El día de la Hispanidad resultó el escenario ideal para hablar de, como lo denomina Mas, la “emancipación” de Cataluña, que no “divorcio de España”. Pero, al igual que la relación entre un padre y un hijo que se marcha de casa, el presidente aseguró que “la libertad es muy importante en la vida de una persona, colectivo o país” y que Cataluña necesita ese piso propio para alcanzarla.
Sin embargo, Mas no mencionó su palabra tabú, que según Évole tienen todos los gobernantes. No habló de “independencia”, sino de Estado de la Unión Europea, con la bandera “de siempre” y el necesario referéndum, a pesar el Gobierno no esté “muy por la labor” de llevarlo a cabo. Jordi Évole le pide la fecha clave al president: “Hay que entrenarse para ir a un partido de futbol”, afirmó Artur Mas.
El pueblo siempre habla: los más jóvenes piensan que el tema de la independencia es “una cortina de humo” para tapar otros asuntos más importantes como los recortes en la universidad; los mayores se preguntan para qué es necesaria la independencia. “Para volver a ser lo que fuimos y vivir mejor”, contestó Mas, aunque el vecino respondió que nunca tuvo ningún problema así. Otros manifiestan su orgullo por el valor que ha tenido el presidente al posicionarse en un tema tan delicado.
La calle es una parte esencial en todos los programas de Évole pero, en esta ocasión, fue en su casa donde el president dijo las cosas más importantes. Opinó que comparar a Cataluña con un pueblo que solo piensa en el dinero es un “error monumental”. Sin embargo, la economía es un tema que no podía dejarse de lado en la conversación y Jordi Évole no tardó en mencionar el famoso pacto fiscal que trae de cabeza a todo el territorio. ¿Es entonces esta separación pragmática o romántica?, se pregunta el entrevistador. Mas, dubitativo, le respondió que “todo está entrelazado”, a pesar de que su primer objetivo electoral fuera el del pacto. Pero, a pesar de los balances económicos negativos, Évole le recordó que es “el primer líder europeo que no se ha visto arrasado por la crisis”. ‘El follonero’, tan cercano como siempre, intentó hacer ver a los espectadores cuál es la esencia que ha llevado a Artur Mas a encabezar los sondeos a pesar de la pobreza y el paro en Cataluña. “La ilusión puede con todo, es como estar enamorado”, reseñó Jordi Évole, “y luego viene el día a día de la pareja, la rutina…Mujer perfecta no hay, señor Mas”.
El hipotético Estado catalán, definido por su presidente, no tendría ejército, “sería de locos” crear uno nuevo pero ve viable pagar a uno para que defienda el territorio. Se mantendrían los peajes, a pesar de que, como le dijo 'El follonero' entre risas, las autopistas “están pagadísimas”. Los jubilados tampoco tendrían los medicamentos gratis y tampoco podrían jubilarse a los 65 años porque “la gente cada vez vive más años”. Entonces, ¿qué tiene de nuevo el país catalán? Parece que solo la barrera. Évole sugirió que los votantes siempre han ido buscando la “zanahoria” de las promesas como la de la independencia, el pacto fiscal o el Estatut. Pero Mas, quitándole leña al asunto, dejó claro que no hay que frustrar a la población, sino permitir que se pregunte por su futuro como lo está haciendo.
No es de extrañar que `Salvados' haya conseguido la mejor cifra del programa hasta ahora. Con una charla confortable, de tú a tú y sin tensión, que se hace corta, 'El follonero' ha vuelto a dejarnos con buen sabor de boca. ¿Es el viaje de Mas ‘un viaje sin retorno’? Jordi Évole, como siempre, lo deja todo en el aire sin crear ningún juicio. Y por eso debemos fiarnos de él, aunque no lleve corbata ni tenga un plató. Porque, como escribió Elvira Lindo, “sabe contar este desastre sin perder la inocencia y la sonrisa”.