El Comité Permanente de la Convención Internacional para la Protección de Especies Amenazadas (CITES) ha anunciado la creación de un Plan de Acción para el Elefante Africano, con el que quieren aumentar el control de la caza furtiva que sufre este magnífico animal y frenar el comercio ilegal de sus colmillos.
Este comité de la CITES ha concluido este 19 de agosto en Ginebra sus reuniones anuales en las que han participado más de 300 representantes de los 172 países miembros de la convención, ONGs, cuerpos intergubernamentales y empresas.
John Scanlon, secretario general de la CITES, ha explicado en rueda de prensa que la caza furtiva del gran mamífero alcanzó sus mayores niveles desde 2002, motivo que pone en serio peligro la supervivencia del elefante, sobre todo en África Central.
Es por esto que este Plan de Acción pretende impulsar medidas de control para frenarla y perseguir el tráfico ilegal de marfil, producto que en el mercado negro puede alcanzar precios más elevados que la cocaína.
Scanlon subrayó que para colmo, las penas por estos delitos son mucho más laxas que en el caso del tráfico de drogas, lo que lo convierte en un “negocio seguro y rentable para los criminales”.
Este plan ya cuenta con aportaciones económicas por parte de Holanda, Alemania y Francia y su objetivo es alcanzar en sólo tres años los 100 millones de dólares.
Según datos de CITES, los principales mercados donde se vende marfil procedente de colmillos de elefantes y cuernos de rinocerontes de África, son China, Tailandia y Vietnam
Este es el motivo por el que desde CITEs se ha instado a estos países a incrementar su control sobre el comercio ilegal de marfil y aumentar la persecución de los traficantes, amenazándoles con sanciones si no lo hacen, tal y como se ha hecho con Gabón y Somalia.
Desgraciadamente, el contenido de este Plan de Acción no ha transcendido. Esperemos, que pese a que la opinión pública desconozca su contenido, sea ejecutado de forma exhaustiva y funcione.