Ahora, saltan a las noticias, porque los científicos han comprobado que sienten predilección por la simiente de las malas hierbas.
Un equipo de investigadores financiados por Biotechnology and Biological Sciencies REsearch Council y el Institu National de la Recherche Agronomique comprueban que los escarabajos de tierra (de la familia Carabidae) disminuyen la proporción de semillas de malas hierbas en el suelo. Estas hierbas reducen los rendimientos de los cultivos al competir por los nutrientes con los cultivos, tener, normalmente un metabolismo fotosintético más eficaz y reproducirse con mayor rapidez, por lo que el hallazgo justifica la necesidad de no atacar a la biodiversidad agrícola, a menos que se sepa con certeza que produce daños económicos y que haya alcanzado un umbral para el que el tratamiento se haga rentable.
Durante mucho tiempo, se ha tratado de “eliminar moscas a cañonazos”, utilizando insecticidas de amplio espectro, sin saber que al hacerlo estábamos dañando a animales beneficiosos, como estos escarabajos y otros animales.
El estudio, publicado en Journal of Applied Ecology, utilizó datos de casi 260 fincas del Reino Unido para determinar el efecto que tienen estos escarabajos en el número de semillas de malas hierbas en cultivos de remolacha azucarera, maíz y de semillas oleaginosas y descubrieron que si había alta presencia de coleópteros, las malas hierbas se reducían más que otras hierbas.
Esto resulta clave, debido a que cada vez más especies de malas hierbas se están haciendo resistentes a distintos plaguicidas, fundamentalmente por el abuso continuado de pesticidas y la utilización de los mismos en épocas poco apropiadas o en dosis subletales.
Si a esto añadimos, que cada vez la legislación se hace más restrictiva con respecto al uso de los herbicidas y cada año se van retirando más y más productos, se hace cada vez más necesaria la búsqueda de buenas alternativas.
El responsable del estudio, David Bohan considera que “la depredación de las semillas por los escarabajos tiene un efecto beneficioso, reduciendo el número de maleza en los campos”, lo que potencialmente puede mejorar la productividad de las tierras.
Claro que todos los escarabajos, no son buenos, hay más de 300.000 especies de ellos. Por eso es necesaria una correcta gestión de los mismos para reemplazar algunos tratamientos con herbicidas.
No se trata de ninguna panacea, pero lo que es indudable es que en los tiempos que corren, con normativa cada vez más estricta, una alternativa que implique dejar de gastarse dinero en la compra de pesticidas y ser más ecológicos, es siempre buena. Ahora habrá que esperar a que esto se desarrolle y se popularice.