Estamos trabajando contrarreloj para proteger a los niños de enfermedades y de otros riesgos habituales en emergencias como ésta, dijo Grant Leaity, representante de Unicef en Ecuador.
Esta agencia de la ONU indicó en un comunicado que el seísmo ha provocado la destrucción de numerosas viviendas y edificios (805 destruidos y 608 dañados), el sistema de salud pública está en situación de emergencia y los alimentos y el agua escasean. Además, hay 146 escuelas dañadas o destruidas, lo cual afecta a 88.000 niños.
Unicef indicó que está apoyando al Gobierno ecuatoriano para dar respuesta a las necesidades de la población afectada. Hasta el momento, ha enviado 20.000 pastillas potabilizadoras para que los niños y sus familias puedan beber agua limpia, así como 4.500 mosquiteras y lonas de plástico.
Además, tres equipos de personal de Unicef se han desplazado a las zonas más perjudicadas por el terremoto (dos en Pedernales y uno en Esmeraldas), en tanto que este organismo de Naciones Unidas prepara el envío de kits de educación y escuelas temporales, y trabaja para reforzar el apoyo psicológico a los menores que están en los refugios habilitados por el Gobierno.
Indicó que los deslizamientos de tierras dañan aún más las infraestructuras y dificultan el acceso a los equipos de asistencia y los suministros, mientras algunas ciudades siguen sin electricidad y sólo funciona un 40% de las líneas de comunicación.