En declaraciones a la televisión de la ONU, Ban Ki-Moon se mostró "horrorizado y desconsolado" por la pérdida de vidas humanas de inmigrantes y refugiados en las aguas del Mediterráneo y en Europa, al tiempo que exigió a los gobiernos implicados que ofrezcan "respuestas amplias" a esta crisis.
"Esta es una tragedia humana que requiere una decidida respuesta política colectiva. Es una crisis de solidaridad, no una crisis de cifras", sentenció.
El secretario general de Naciones Unidas también se refirió al descubrimiento el pasado jueves de 71 cadáveres en un camión abandonado cerca de la frontera entre Austria y Hungría, así como a las noticias alusivas a la muerte de cientos de refugiados que se ahogaron en el Mediterráneo.
Ban Ki-Moon aseveró que estas tragedias "subrayan la crueldad de los contrabandistas y traficantes de personas cuyas actividades criminales se extienden desde el mar de Andaman hasta el Mediterráneo y las autopistas de Europa. También demuestran la desesperación de la gente que busca protección o una nueva vida".
En ese sentido, explicó que la mayoría de estas personas son refugiados que arriesgan su vida procedentes de Siria, Afganistán e Iraq, y agregó que la comunidad internacional "no puede hacer distinciones entre los solicitantes de asilo en base a su religión o identidad ni obligarles a regresar a sus países de origen".