Esta renuncia a los dos cargos es consecuencia de su enfrentamiento con la dirección nacional de Rosa Díez, a la que pidió en marzo que dimitiera por los malos resultados en Andalucía (UPyD no entró en el Parlamento) y por su negativa a pilotar un acercamiento a Ciudadanos.
Cantó, al que debería sustituir en el Congreso Rafael Soriano, seguirá como afiliado de la formación al menos hasta el Congreso Extraordinario convocado para después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Un congreso en el que Cantó ha dejado claro que será beligerante a favor de "un cambio de rumbo" de la formación, en la que pasará a ser un afiliado de base.
La marcha de Cantó, sin embargo, no cierra la crisis en UPyD. El también diputado Álvaro Anchuelo, crítico con la dirección, mantendrá en su escaño, mientras que la diputada Irene Lozano, que también solicitó la marcha de Díez, sigue estudiando su futuro político.