La policía rápidamente blindó Atocha poniendo en marcha el protocolo de atentado terrorista. El hombre, que fue detenido en la calle, llevaba una mochila en la que finalmente sólo encontraron una botella de agua, pero hasta entonces Atocha se quedó vacía. Durante más de media hora se buscaron explosivos en el tren así como en las vías. Se buscaba un artefacto. No se encontró nada.
Algunas fuentes apuntaron que el hombre habría dejado una mochila en un vagón, circunstancia que alertó a los viajeros, que tiraron de la anilla del sistema de emergencias ante el temor de que dentro de la misma pudiera encontrarse un explosivo.
Otra vez el recuerdo del 11M que sigue vive y que ha convertido a los pasajeros en los primeros garantes de la seguridad en los medios de transporte españoles y en un elemento de ayuda inestimable para los agentes de seguridad del Estado.
Metro, Ave, trenes de larga distancias, autobuses de la EMT... todo se paró en los alrededores de la estación donde los viajeros vuelven a la normalidad con el susto en el cuerpo. Tres de ellos han tenido que ser atendidos por el Samur por un ataque de ansiedad pero todo acabó en una falsa alarma que demostró que los servicios de seguridad españoles están en alerta tras recibir de la CIA una circular en la que avisaba que España estaba en el punto de mira de EI.