¿Eres mujer, provienes de un país empobrecido o tienes alguna discapacidad? Si es así, es más que probable que no hayas tenido el mismo derecho a la educación que el resto de personas en el mundo y si además vives en una zona de conflicto, eres refugiado o desplazado o perteneces a alguna minoría étnica, las probabilidades se multiplican.
Aunque a priori pueden parecer situaciones alejadas de la realidad que nos rodea, lo cierto es que las desigualdades en el acceso a la educación de calidad no han hecho sino incrementarse en los últimos años.
De hecho, si nos fijamos en los que ven vulnerado su derecho a recibir una educación de calidad, bien porque no tienen acceso, bien porque abandonan o porque estudian en un sistema deficiente, la cifra alcanza los 250 millones.