Un misionero español de la Orden San Juan de Dios, procedente de Liberia, un pasajero nigeriano que aterrizó esta misma mañana en Barajasy una de las personas que fue trasladada en la misma ambulancia que había utilizado Teresa Romero están ahora a la espera de confirmar, con los test PCR que determinan la presencia de ébola en sangre, si están o no infectados.
El religioso, que lleva en Madrid desde el pasado 11 de octubre —según ha informado el Gobierno en un comunicado—, trabajó y ha estado alojado en el hospital San José de Monrovia de la misma Orden a la que pertenecían los sacerdotes repatriados Miguel Pajares y Manuel García Viejo.
Dicha organización ha emitido un comunicado en el que explica que dicho centro se cerró el pasado 1 de agosto, por lo que "se considera un paciente de bajo riesgo, al no haber estado en contacto con enfermos de ébola". Desmiente también las primeras informaciones que apuntaban a la posibilidad de que otros 21 compañeros permanecieran bajo vigilancia tras haber estado en contacto con él.
"Ha ingresado directamente en el hospital Carlos III sin haber sido ingresado ni atendido previamente en ningún otro dispositivo sanitario", zanja el documento.