Esta tregua forma parte de los esfuerzos de El Cairo para poner fin a un mes de enfrentamientos entre Israel y Hamás y otras milicias palestinas que han causado más de 1.800 muertos palestinos y 65 israelíes, y que fue aceptada la pasada noche por el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu.
"Nos hemos situado detrás de la verja fronteriza. Por ahora no desmovilizamos a nadie. Si disparan responderemos", dijo este martes un alto mando israelí.
Israel aceptó el alto el fuego en respuesta a una petición de Egipto y después de que los representantes de las principales milicias que negocian en El Cairo desde el domingo dieran su consentimiento a un documento base para iniciar negociaciones que conduzcan al levantamiento del bloqueo israelí de siete años a Gaza.
Así lo anunció el lunes en El Cairo el dirigente de Al Fatah Azam al Ahmed, jefe de la misión conjunta palestina formada por representantes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y de las milicias.
Mientras, minutos antes de la entrada en vigor del alto el fuego, las milicias palestinas dispararon varias andanadas de cohetes contra los principales centros urbanos israelíes. Fuentes militares dijeron a Efe que el sistema Cúpula de hierro derribó cohetes encima de las ciudades de Ashdod y Rishon Letzión, y la localidad de Merhavim, mientras en torno a Jerusalén se ha registrado el impacto de al menos dos en los distritos palestinos de Belén y Hebrón, sin que se haya informado de víctimas.
El Ejército de Israel ha dado este martes por finalizadas sus operaciones de localización y destrucción de túneles construidos por las milicias palestinas en la frontera. En base a estas informaciones, al menos 32 túneles y decenas de puntos de acceso han sido destruidos. El Ejército israelí asegura que durante las operaciones se han bombardeado 4.800 objetivos y se ha matado a alrededor de 900 terroristas, lo que supondría algo menos del 50% de las víctimas. Sin embargo, Naciones Unidas dice que cerca del 80% de los más de 1.800 muertos son civiles.