Para mostrar una cara amarga pero a la vez realista de la situación de miles de personas que no tuvieron más remedio que salir de su país para buscarse la vida, el director James Gray se centra en la figura de Ewa, una joven polaca bella e insegura, interpretada por una sencilla a la par que correcta Marion Cotillard, que emigra con su hermana a Nueva York en busca de, en teoría, una vida mejor. Pero la situación de la joven se complicará en cuestión de minutos en los inicios del film para embarcar al espectador en un viaje a la deriva de su protagonista, que se verá separa de su hermana y donde dos hombres: Bruno (Joaquin Phoenix) y Orlando (Jeremy Renner), se convertirán en su único apoyo por sobrevivir.
La historia que Gray cuenta representa la lucha de muchos inmigrantes que, como Ewa, tuvieron que entablar para sobrevivir en un mundo más oscuro y triste de lo que esperaban. El director ha querido retratar la cara más amarga de la inmigración en una época, 1921, en donde ésta estaba a la orden del día, y podemos decir que lo consigue con gran realismo en la figura de Ewa (sus sufrimientos, sus incertidumbres, su no saber qué pasará mañana, su desconfianza hacia los demás, su moralidad enfrentada con la realidad), otra cosa es si la línea de credibilidad del guión llegue a tambalearse por momentos. Y es que, en el film no faltarán las sorpresas y giros inesperados de guión que, en algún momento pueden llegar a extrañar por encima de lo creíble (o no, si te inmiscuyes profundamente en la trama) al espectador.
Punto aparte a destacar son las buenas interpretaciones de su trío protagonista, donde tal vez Cotillard sea la que más flojee de los tres, lo que no quiere decir que decepcione, ni mucho menos, sino que sus dos compañeros, Phoenix y Renner, logran unas geniales actuaciones a las que la bella de Marion no parece alcanzar (aun con el mucho mérito que tiene ser el centro de atención de un film de dos horas de duración y no invitar al espectador a despegar sus ojos de la pantalla en ningún momento). Dejando en buena posición a Cotillard, hay que reconocer que Phoenix está, como de costumbre, brutal en su interpretación, dando vida a un personaje, Bruno, atormentado internamente y que parece intentar salvarse por medio de Ewa, asegurando su bienestar. El personaje al que da vida Phoenix será quien protagonice las escenas de mayor nivel emotivo y más sobrecogedoras para el público, lo cual es también una ventaja para que su actuación brille más, como así sucede. Por su parte, Jeremy Renner también encarna a la perfección a su personaje, Orlando, un mago amable y simpático que es como aire fresco para Ewa dentro de ese mundo oscuro y triste en el que habita.
Lo que sigo sin comprender es la traducción al español del título original, ‘The immigrant’, por ‘El sueño de Ellis’. Cierto es que Ellis, isla cercana a Nueva York y muy próxima a la Estatua de la Libertad donde se hospedaban los inmigrantes no aceptados por el continente americano a la espera de ser repatriados, fue símbolo importante de la inmigración y podría quedar bien de título. El problema es que lo de ‘el sueño’, pues que sueñe una isla que es un objeto inanimado no lo veo, ni siquiera metafóricamente, para ello, puestos a continuar con la manía de cambiar los títulos originales porque sí, mejor titular el film ‘El sueño de Ewa’, tendría algo más de sentido. Y si no, se dejar tal cual, que no sé qué problema había en ‘El inmigrante’, la verdad.
Pero títulos al margen, hay que decir que el resultado es una película donde su director ha conseguido lo que se proponía: retratar fielmente el sufrimiento y desorientación de miles de inmigrantes que iban a la deriva en busca de una forma de vivir en una época más que complicada. Un tema que da juego a lo largo de toda la película y que si de algo puede pecar es de tener un ritmo lento que, a no ser que el espectador esté acostumbrado a películas de semejante estilo, a más de uno le puede llegar a desesperar. Se trata de una película bien resuelta, con actuaciones a la altura de su buen reparto y que en estos momentos puede ser de lo mejor que hay en cartelera.