En dicho artículo se establece que el sistema tributario debe aportar recursos suficientes para garantizar el estado del bienestar y cómo cada ciudadano debe contribuir con progresividad en función de su capacidad económica.
Por lo que Gestha asegura asegura en un comunicado que la progresividad es la "gran perjudicada" de la reforma al simplificar de siete a cinco los tramos actuales del IRPF. A su parecer, los principales beneficiarios de la reforma no sumarán más de 73.000 contribuyentes.
Por el contrario, los 11,5 millones de trabajadores y pensionistas que ganan menos de 11.200 euros anuales no se verán afectados por la rebaja fiscal propuesta por Moncloa, ya que actualmente no tributan.
"El Gobierno, al no bajar otros impuestos que soportan los ciudadanos, como el IVA o los impuestos sobre los Hidrocarburos o la Electricidad, no puede afirmar con la rotundidad que lo hace que la presión fiscal haya bajado para todos. Tampoco podemos hablar de una reforma integral del sistema fiscal sino sólo parcial", ha señalado el secretario general de Gestha, José María Mollinedo.
De hecho, Gestha explica que la rebaja en el primer tramo de la escala del IRPF y el aumento de las cuantías de los mínimos personales y familiares afectan a todos los contribuyentes por igual, por lo que los 8,8 millones de ciudadanos que cobran entre 12.450 y 33.000 euros amortiguarán el impacto de la rebaja fiscal de las grandes fortunas, con un aumento de sus tipos de entre 0,25 y 1 punto sobre la tarifa vigente.
Los Técnicos consideran que comparar los efectos de esta nueva reforma con la tributación de 2011 tiene "trampa" y lleva a equívoco a la ciudadanía, ya que "tapa" la mayor bajada para las rentas más altas.