Según informa el diario estadounidense The New York Times, un convoy de tres carros de combate T-64, varios lanzacohetes BM-21 "Grad" y otros vehículos militares han cruzado la frontera, junto al pueblo ucraniano de Snizhne, en palabras de EEUU.
"Esto es inaceptable", critica Marie Harf, portavoz del Departamento de Estado. "Un fracaso de Rusia a la hora de rebajar la intensidad de esta situación traerá costes adicionales", ha asegurado Harf.
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, pidió este viernes el fin de la entrada de mercenarios y armamento en Ucrania y destacó la necesidad de rebajar la tensión en esta crisis, en una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladímir Putin.
"El presidente Barroso habló con el presidente Putin para discutir sobre la actual situación política y de seguridad en Ucrania", ha indicado la CE en un comunicado.
El político portugués destacó ante su homólogo ruso "la necesidad de rebajar la tensión y la importancia de un alto el fuego" entre los rebeldes prorrusos del este de Ucrania y las autoridades de Kiev. También urgió al "desarme de los grupos separatistas, el fin del flujo de armas y soldados ilegales en Ucrania y la derogación de la ley aprobada por el Consejo de la Federación de la Duma".
Pero parece que Rusia no hace mucho caso a lo que Europa le “exige”.