No fue el mejor partido de Nadal, pero sí sirvió para probarse ante su amigo "Pico" Mónaco, quien, además de luchar contra el número uno del mundo, mantuvo una dura pelea contra el juez de silla, el brasileño Carlos Bernárdez, quien le advirtió una vez por exceso de tiempo al saque y con el que mantuvo una larga discusión por una bola de Nadal que rozó una de las líneas.
Mónaco se desconcentró por estas circunstancias y, aunque encontró solidaridad en Nadal, sobre todo en la advertencia, nunca estuvo cómodo en la pista Manolo Santana, y cuando jugó al límite en algunos puntos se encontró con la respuesta del español.
Con todo, jugando a rachas y sacando por momentos la derecha de forma eléctrica, Rafa se hizo fácilmente con el partido, ayudado también por la ineficacia al servicio de su rival, que no ganó uno solo durante todo el encuentro (lo cedió tres veces en cada set) y que además sólo anotó el único servicio en su casillero al romper al español en el tercer juego del primer set.