El papa polaco será entronizado con la presencia de sus dos sucesores como santo tan sólo nueve años y tres semanas después de su muerte, un plazo récord que ha sorprendido a no pocos católicos. (Uno de los pocos santos "express" de la historia de la Iglesia Católica fue san Antonio de Padua, que murió en junio de 1231 y sería canonizado menos de un año después).
Elegido Juan Pablo II papa el 16 de octubre de 1978,Karol Wojtyla (su nombre de pila) sucedería a Juan Pablo I (muerto en extrañas circunstancias apenas un mes después de ser elegido pontífice).
El papa Wojtyla moriría el 2 de abril de 2005, tras cerca de 27 años de pontificado. Un pontificado polémico para unos, y ejemplar para otros. Muchos cristianos (y no cristianos) no pueden llegar a comprender cómo un papa cuyo pontificado ha estado minado por cientos de casos de pedofilia en la iglesia (con crímenes de pederastia cometidos por sacerdotes, obispos, cardenales y hasta un fundador de una Congregación religiosa, que durante muchos años fue, según la expresión popular, su "brazo derecho"), ha sido beatificado y es canonizado en tan poquísimo tiempo después de su muerte.
No pueden comprender cómo ha podido llegar a "santo" un pontífice que, por el contrario, no dudó lo más mínimo en condenar la llamada "Teología de la Liberación" y a teólogos tan poco sospechosos de increyentes como el franciscano brasileño Leonardo Boff y otros teólogos comprometidos en los países más pobres de África o Latinoamérica, como los jesuitas españoles Jon Sobrino oIgnacio Ellacuría, este último asesinado en El Salvador, como lo fuera otro obispo igualmente comprometido, Oscar Arnulfo Romero, que no gozó precisamente de las simpatías del nuevo papa santo, que sí simpatizó con dictadores tan sangrientos como lo fuera el presidente de Chile, Augusto Pinochet, a quien no dudó en administrarle personalmente la Comunión.
Simultáneamente a sus posturas con los sectores más progresistas de la Iglesia, y más fieles al espíritu del Concilio Vaticano II, convocado precisamente por Juan XXIII, el otro papa va a ser canonizado, Juan Pablo II, apoyó sin ambages movimientos ultraconservadores como el Opus Dei (a cuyo fundador también canonizaría) o el movimiento neocatecumenal conocido como "los Kikos" por el nombre de su fundador, de gran influencia en la iglesia española y en la archidiócesis de Madrid, Kiko Argüello, ambos movimientos con gran poder e influencia en las instancias vaticanas.
Otro de los asuntos, junto con encubrir la pederastia, que han puesto en duda la "salud" del pontificado de Juan Pablo II, que hizo un soberano esfuerzo por el acercamiento de las religiones monoteistas mayoritarias, ha sido el de la Banca Vaticana IOR (Instituto para las Obras de Religión), que han corrompido la vida financiera de la Iglesia y que está en el punto de mira de la reforma -aún no culminada- del papa Francisco que le va a entronizar habiendo cumplido únicamente los dos milagros requeridos para ello, eso sí, en un tiempo record.