La paz que se había convocado provisionalmente en Ucrania por la Pascua ortodoxa parece que no tardará mucho en desaparecer. Esta madrugada, cerca de las 3 de la mañana, se ha producido un tiroteo a un puesto de control en la región de Donetsk, al este de Ucrania. Cinco personas murieron en él, dos de ellos del lado de los atacantes, que se dieron a la fuga en los automóviles donde iniciaron el tiroteo.
Una vez finalizado el asalto, las fuerzas prorrusas consiguieron hacerse con dos de los coches en los que llegaron los agresores. En ellos, encontraron armamento, explosivos y simbología del grupo ultranacionalista Sector de Derechas, lo que les hizo sospechar de la autoría del ataque.
El incidente fortuito no ha hecho otra cosa que crispar las tensiones y han generado una serie de acusaciones entre los prorrusos y el Gobierno de Kiev. Los rusos y los rebeldes ucranianos han denunciado estas muertes acusando al Gobierno ucraniano y los servicios de inteligencia de Kiev apuntan a los ejércitos rusos como responsables del incidente con el fin de causar un enfrentamiento.
Por su parte, el Ministerio del Interior ucraniano ha decidido aclarar lo sucedido y declaraba de manera incisiva que desde sus filas no se ha ejecutado ninguna operación en toda la región de Donetsk, y se presta a acusar a los rusos del ataque: "Esta noche en Slaviansk, aparte de elementos subversivos y criminales respaldados por unidades especiales de la Federación Rusa, no ha habido representantes de ninguna organización ucraniana".
Sin embargo, el grupo ultraderechista ucraniano Sector de Derechas también negaba su implicación en el atentado, asegurando que los efectivos que quieren participar en la defensa de su país están totalmente subordinados a las fuerzas de seguridad. Además se han hecho eco de la manipulación en las informaciones que han dado los medios afines al Kremlin.
Los rebeldes prorrusos consideran suficiente el ataque para acabar con la tregua y la Cancillería rusa se muestra impactada por el atentado considerándolo una provocación para romper el pacto firmado el 17 de abril en Ginebra, el cual se abstenía de cualquier ataque o amenaza.
Aún no sabemos qué decisión tomarán las partes implicadas, pero el ataque no quedará impune.