Según informan fuentes del gobierno, el ataque producido el pasado miércoles a la aldea de Wala, situada a 130 kilómetros de la capital provincial del estado de Borno, Maiduguri, se cobró la vida de 18 personas. Los hombres de la secta islamista que entraron en el territorio, completamente armados desde su escondite en las montañas cercanas, atentaron contra la vida de personas inocentes.
Sin embargo esta no es la primera, ni la última, que los terroristas atentaban durante la semana. El pasado lunes 14 de abril colocaron una bomba en una terminal de autobuses a las afueras de Abuya, causando la muerte a más de 200 personas.
La mañana siguiente al atentado, el martes, fueron secuestradas 129 alumnas de una escuela en el pueblo de Chibok de las que no se sabe ni estado ni situación. El gobierno ha ofrecido recompensas de hasta 300.000 dólares a las personas que ofrezcan alguna información sobre el paradero de las menores, aunque policías y fuerzas de seguridad ya están rastreando las zonas.
La banda islamista Boko Haram comenzó sus ataques a la comunidad cristiana, de la que estaban totalmente en contra. Sin embargo, estos últimos meses sus ataques no han entendido de religiones y tiran a matar a toda fuerza de seguridad y civil de cualquier culto.