El objetivo de esta normativa es que en el futuro el apoyo a las renovables se haga "de forma más inteligente, menos costosa y menos distorsionadora", según ha explicado el vicepresidente y comisario de Competencia, Joaquín Almunia.
La polémica generada por las nuevas reglas -que se aplicarán desde el 1 de julio de 2014 hasta 2020- ha forzado una votación en el colegio de comisarios, algo poco frecuente, que se ha saldado con 18 votos a favor, 1 en contra y 3 abstenciones.
Alemania tampoco estaba "muy contenta" con esta normativa, según ha admitido el propio Almunia, aunque en las últimas semanas "se han resuelto muchos problemas a nivel político". El vicepresidente del Ejecutivo comunitario alega que "las grandes cantidades de subvenciones" concedidas en los últimos años a las renovables por los Estados miembros se han traducido en "aumentos significativos de costes para los usuarios de electricidad, tanto los consumidores como las empresas". Además, "han protegido a los productores de renovables del riesgo, permitiendo la producción de electricidad sin tener en cuenta la demanda real".