Según el portavoz de la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE), Manolo Tomàs, con esta movilización se ha producido una "constatación de la sensibilidad y solidaridad de miles de personas" con las Terres de l'Ebre.
Explicó que la afluencia ha provenido de diferentes puntos como Aragón, Comunidad Valenciana y Lleida, entre otros, y destacó las pancartas de apoyo, que según él han sido multitudinarias.
Tomàs ha afirmado que la movilización ha logrado su objetivo, haciendo un toque de atención al Gobierno central, así como pidiendo a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, los nombres y apellidos de los técnicos que han apoyado el plan.
Ha puntualizado que las repercusiones de esta reforma "acaban de comenzar", tanto las sociales como las medioambientales, que esta manifestación masiva es una muestra de ello, y que no pararán hasta lograr la anulación del plan de cuenca, un proceso que durará al menos dos años, el tiempo que tardará el Ministerio que dirige Miguel Arias Cañete en aprobar el Pacto Nacional del Agua y el Plan Hidrológico.
La movilización concluyó con la lectura del manifiesto de la PDE, que ha calificado de "ilógico" el plan, y ha pedido la preservación del agua necesaria para unas buenas condiciones del delta, así como unas políticas más adaptadas a las normativas europeas.