Según las propias palabras de López, la investigación en el envejecimiento ha cambiado muchísimo en pocos años. El estudio de estrategias para entender la razón por la que envejecemos y las posibilidades de extender la longevidad se veía desde un ámbito poco riguroso, esto era más un terreno de la cosmética que de la ciencia.
En el campo de la oncología, el estudio del envejecimiento podría resolver algunas claves en la investigación del cáncer y los procesos tumorales, aunque también ocurre al revés, la mejor manera de ver esto es el hecho de que las células tumorales han conseguido superar las barreras de la mortalidad que tienen las células normales y se vuelven inmortales, y estas son un tipo de células sobre las que se puede estudiar.
Para realizar la investigación se hicieron experimentos con ratones, a los que se los modificó un gen que les hacía envejecer solamente al día después de haber nacido, debido a la acumulación de una proteína tóxica, la pre lamina A. Esto hace que se ponga en marcha un sistema de defensa contra los daños que se le pueda ocasionar al organismo.
El Síndrome de Hutchinson-Gilford es el envejecimiento acelerado de los niños del cual se están obteniendo datos de que, muchos de los ratones modificados tenían las mismas características que los niños con esta enfermedad.
Las claves de la longevidad son cambios en el genoma que hacen que el organismo responda frente a ellos para intentar proteger la función de las células, encargadas de renovar los tejidos que hacen que el envejecimiento sea más lento, por lo que dejan de cumplir su función y, por tanto, los organismos envejecen.
Hay distintos compuestos que activan procesos que actúan como reguladores de la vida celular mediante fármacos o mediante dietas. Estas técnicas ayudan a estar más protegidos ante el desarrollo del envejecimiento.