El conjunto inglés arrancó con una intensidad y un ritmo de encuentro que atropelló de inicio al conjunto alemán. Fruto de su dominio, el Arsenal encontró lo que parecía ser un premio a su juego.
A los siete minutos, Özil se metió en el área y recortó a Boateng, que lo derribó. El árbitro del encuentro, el italiano Rizzoli, señaló penalti. El exjugador del Real Madrid, siempre en el punto de mira en las grandes citas, tenía su oportunidad de redimirse, pero erró el penalti.
Ese fallo de Özil cambió el rumbo del partido y de la eliminatoria. A partir de entonces el dominio del juego fue para el campeón de Europa. El centro del campo formado por Thiago, Kroos y Javi Martínez se hizo con el control del balón. Ante el dominio alemán, al Arsenal le quedó sorprender a la contra.
Antes de la media hora, Oxlade-Chamberlain -de los mejores del Arsenal mientras estuvo con 11-, se aprovechó de la indecisión de Alaba para despejar un balón para robarle la pelota. Pero Neuer estuvo atento para corregir el error del austriaco, que no vivió su mejor encuentro como jugador del Bayern.
Porque a los fallos defensivos, el lateral austriaco agregó un grave error en ataque. Al filo del descanso, Tony Kroos encontró a Robben con un gran pase a la espalda de la defensa inglesa y Szczesny solo pudo pararle en penalti. Para agravar el daño al Arsenal, Rizzoli decidió además expulsar al guardameta polaco. El mal no fue completo para el Arsenal, ya que Alaba tiró la pena máxima fuera.
Pero el tiempo hizo que ese error no acabase siendo importante. Tras el descanso, el dominio del Bayern se incrementó y fruto de él llegaron los goles. El primero lo hizo Tony Kroos tras conectar un gran disparo desde la frontal del área que se coló por la escuadra de Fabianski, que había salido al campo tras la expulsión de Szczesny. Un gol que hizo justicia al colosal partido del de Greifswald.
Desde el tanto de Kroos hasta el final, el Bayern buscó sentenciar la eliminatoria. Lo hizo sin precipitarse, tocando el balón con mucha paciencia ante el repliegue londinense. Incluso con demasiada calma.
Fue en el minuto 88. Lahm sirvió un gran balón a Müller, que cabeceó desde la frontal del área pequeña a la red. Salvo hecatombe, el Bayern dejó sentenciada la eliminatoria.