Según declaró el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) tras otra matanza de estas especies que se produjo a comienzos de enero, la mayoría de los delfines mueren debido a la contaminación de las aguas o al quedar atrapados de manera accidental entre las redes de los pescadores.
A pesar de ello, los lugareños reclaman al Ministerio Público que ponga freno a la muerte de estos delfines, cuya carne llega a ser comercializada en los mercados de la ciudad aunque esto esté prohibido.
"Estamos interviniendo las embarcaciones, verificando el tipo de aparejo que utilizan y así evitar que se capturen delfines y se aproveche su carne, teniendo en cuenta que este tipo de actividad no está permitida", expresaba recientemente a RPP el Jefe de la Capitanía Guardacosta Marítima de Lambayeque, Luis Pérez Astete.