No fue un gran partido, en un terreno de juego encharcado con el paso de los minutos y con nada en juego, y es que pese al susto inicial para los locales, con un gol de mala suerte en propia puerta de Sergi Roberto, la verdad es que el Barça tuvo el control en todo momento y fue metiendo marchas, sobre todo en la reanudación, para acabar sacando los colores a un desafortunado Javi Jiménez.
El portero 'granota' no tuvo su mejor noche y se ahogó, se fue a la deriva, igual que sus compañeros. A la que el Barça engrasó la máquina no pudieron pugnar por el balón, ni competir, ni siquiera poner en práctica la férrea defensa que les dio el punto en el primero de estos duelos seguidos, el de Liga en el Ciutat de València (1-1). Así, el Barça selló el billete ya con el 1-1 obra de Adriano.
Más tranquilos con el empate, los de Gerardo 'Tata' Martino intentaron dar sentido al juego, con un Iniesta que jugó la primera parte en el regreso tras su lesión, y le dieron ritmo al partido con Tello, Pedro o Alexis, incisivos y rápidos además de afortunados.
Más allá del gol, Pinto tuvo muy poco trabajo y la acción se centró en el área de Jiménez. El capitán Carles Puyol marcó de cabeza a la salida de córner, faceta en la que los catalanes van mejorando esta temporada a pasos de gigante en comparación con la ineficacia histórica, y si esto funcionaba, el resto también.
Tras el descanso, dos goles en dos minutos de Alexis Sánchez, ambos tras pelear por rechaces muertos en el área levantinista, acabaron de cerrar el partido, no sin antes marcar Cesc Fàbregas de tiro escorado para sumarse a la fiesta. Lo intentó el Levante, con muchas bajas y rotaciones, pero se le acabaron las esperanzas pronto.