La enmienda, propuesta por la mayoría socialista, recibió el apoyo de los diputados de izquierda, pero también de algunos de centro y de la derecha, pese a que la mayoría de los oradores de la conservadora Unión por una Mayoría Popular (UMP) se habían pronunciado en contra.
La ministra de los derechos de las Mujeres, Najat Vallaud Belkacem, justificó esta remodelación legislativa para "actualizar, facilitar y hacer inalienable el derecho al aborto", al tiempo que negó que se tratara de "una reacción a lo que ocurre en España".
El presidente de la UMP en la Asamblea, Christian Jacob, denunció como una maniobra política esta enmienda, que se integra en un proyecto de ley "para la igualdad de hombres y mujeres" que incluye diversas disposiciones sobre los permisos parentales o sobre las sanciones a las empresas que no aplican la igualdad salarial para las mismas funciones.
Jacob señaló también que suprimir el supuesto del "desamparo" puede conducir a una "banalización" del aborto y defendió el carácter a su juicio "equilibrado" que tiene la actual ley, que está en vigor desde hace 38 años y que lleva el nombre de la entonces ministra de la Familia, Simone Veil.