Marc Goss "despega " en su iPad 3 y un Drone de unos escasos 300 dólares zumba en el aire listo para ser utilizado para luchar contra los cazadores furtivos de elefantes en la Reserva Nacional de Masai Mara de Kenia.
"Es una carrera armamentista ", dice Goss. "Estamos observando un mayor número de cazadores furtivos", explica.
Además del avioncito no tripulado de dos metros de largo, Goss y otros conservacionistas utilizan gafas de visión nocturna o Google Earth para detener el declive de la fauna de Kenia, que atrae un turismo valorado en mil millones de dólares pero que se enfrenta a la misma crisis de siempre aunque incrementada desde que el marfil de elefante se vende hasta por mil dólares el kilo en Hong Kong, haciendo que Kenia se enfrente a las mayor amenaza de la caza furtiva en el último cuarto de siglo, según las Naciones Unidas.
Y es que al menos 232 elefantes han muerto en el año hasta el 30 de septiembre, más 384 el año pasado de una población de 40.000 y la demanda de marfil ilícito de las economías en expansión, como China y Tailandia, se ha duplicado desde 2007, según Naciones Unidas.
La patrulla de Goss limita con la Reserva Nacional de Masai Mara, donde viven las tribus masai, con cuadros rojos y rebaños de vacas. "Es muy triste ", dice Goss, de 28 años de edad, que dirige el proyecto Elefante Mara, mientras levanta el esqueleto de 50 metros de un ejemplar. "Es un elefante sin cara. Ahora será devorado por las hienas". Es el tercer cadáver de elefante en cuatro días un número inusualmente alto, dice Goss .
Cuando Goos comenzó a usar drones, pensó que iban a ayudar principalmente a tomar imágenes aéreas de los cazadores furtivos y de los masai, que a veces matan a los animales si interfieren el pastoreo de sus vacas; pero pronto descubrió que podían ayudar a ahuyentar a los elefantes para alejarlos del peligro.
"Nos dimos cuenta que los elefantes odiaban el ruido de los drones", explica Goss. "Creo que se piensan que les ataca un enjambre de abejas". Goss y su equipo colocaron entonces collares con GPS en 15 elefantes para que puedan ser seguidos con Google Earth.
De esta manera los animales se pueden seguir para ver si han entrado en las zonas de riesgo de la caza furtiva o de conflictos tribales.
Goss espera comprar 10 aviones más y modificarlos para introducir un mecanismo que permita liberar capsaicina, el componente activo de la pimienta de chile cuando los elefantes se acerquen a zonas de riesgo. En Zambia están utilizando bolas de pintura cargadas de picante para disuadir a los paquidermos.
"Los drones son el futuro de la conservación; un avión no tripulado puede hacer el trabajo de 50 guardas", explica James Hardy, un keniano de cuarta generación y gerente del Norte Mara Conservancy .
"Llegará un momento en que los drones estarán en la vanguardia de la lucha contra la caza furtiva. Por la noche se podrían utilizar para recoger fuentes de calor de los cazadores furtivos o incluso captar un elefante muerto si somos lo suficientemente rápidos".