Fue el canónigo responsable de la catedral quien encontró la bomba dentro de una bolsa de basura frente a un confesionario y alertó a la policía. Los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) acudieron a la catedral y desactivaron el artefacto dentro de la sacristía.
La bomba estaba cargada con 1.200 gramos de pólvora, un kilo de clavos, un detonador y un reloj despertador que era el temporizador. El artefacto está siendo analizado en la Brigada Provincial de Información, en Moratalaz, y la Policía ha abierto una investigación para esclarecer la autoría de los hechos.
Por el momento, las líneas de investigación abiertas apuntan a que el artefacto haya sido colocado en la catedral por un grupo antisistema o por una persona con problemas psicológicos.