El preso común más antiguo de España ha salido este miércoles 15 de febrero del centro penitenciario de Albolote (Granada) ante una gran expectación mediática tras haber protagonizado hasta ocho intentos de fuga durante su condena.
Miguel Montes Neiro se ha encontrado hoy con sus familiares después de haber pasado más de 30 años en la cárcel. Entre aplausos ha podido abrazar a sus hermanas e hijas, que esperaban desde primera hora para poder acercarse a él.
Antes de la salida, la familia ha declarado que lo primero que Montes Neiro quería hacer era caminar en libertad y poder disfrutar de sus hijas, las que para él han sido su recuerdo y también su lamento por no haber podido cuidarlas durante estos últimos años.
"Ahora no puedo, estoy atragantado”, ha afirmado al salir de prisión. "Estoy flipando, me tenéis asustado. Os quiero a todos. Gracias a todos, no puedo transmitir lo que siento por todos ustedes, me siento libre. Lo primero que voy a hacer es andar hasta que no vea la cárcel. Si queréis, me esperáis allí", ha sugerido al más de medio centenar de periodistas de distintos medios nacionales, regionales y locales que lo esperaban a las puertas de la cárcel desde primera hora de la mañana. También ha declarado que arrepentirse no vale de nada, que “lo hecho, hecho está”, y que ahora dedicará su vida a sus hijas, quienes para él son sus “diosas”. Además, ha insistido en que su anterior vida ya ha acabado y los delitos ya no forman parte de ella.
Entre sus propósitos se encuentran volver a Málaga y recuperar los años que ha perdido. Además, afirma que quiere seguir con su vida de ceramista y hacer algunas exposiciones e, incluso, impartir clases en Bellas Artes para compartir sus conocimientos. Pero también se plantea hacer un libro y una película sobre su vida sin causar ningún daño a nadie, pues considera que no es una “alimaña” ni un “bicho”.
Montes Neiro, quien ahora tiene 61 años, ingresó en la cárcel en 1976 por su negativa a hacer el servicio militar y otros delitos menores sin sangre. Sin embargo, a sus 27 condenas judiciales se suman múltiples intentos de fuga, en los que ha cometido delitos relacionados con las drogas, robos, falsificaciones o allanamientos de morada, que lo han mantenido hasta 36 años en prisión.