El modelo de gestión privada y titularidad pública se extenderá más allá de L’Oceanogràphic al resto de edificios que conforman la Ciudad la Ciudad de las Artes y de las Ciencias(CACSA) de Valencia, a excepción del Palau de les Arts, que depende de la Consejería de Cultura.
Un operador llevará las riendas durante 15 años de l’Hemisfèric, L’Àgora, el Museu de les Ciències Príncipe Felipe, l’Umbracle (menos el local nocturno, cuya actual concesión expira en 2019) y las zonas comunes.
El concurso, que se convocará en las próximas semanas y abrirá un plazo de cuatro meses para la presentación de proyectos, tiene el propósito de que en el verano de 2014 un operador ya gestione el complejo diseñado por Santiago Calatrava, menos el gran acuario de l’Oceanogràfic, que concibió Félix Candela.
Finalmente, se ha optado por ofertar el bloque completo y no por lotes o unidades “porque es más aconsejable la gestión integral” para lograr sinergias y facilitar la promoción, señalaba el consejero de economía, Máximo Buch, al término del pleno del Consell, en el que el consejero dio a conocer el Plan de Dinamización.
Este informe recoge que CACSA ha tenido 50 millones de visitantes desde su puesta en marcha en 1998 y ha generado 478 millones de euros de ingresos, entre otros datos positivos que desgranó Buch antes de profundizar en la privatización de su gestión.
El objetivo es aumentar los ingresos de la Generalitat para cubrir la totalidad de gastos que no supongan la amortización e intereses de los edificios, y generar un turismo que aumente un 20 % los visitantes de CACSA en 2016, y hasta el 40 % en 2019.
La adjudicataria, que se encargará también del mantenimiento, deberá pagar al Consell un canon inicial, uno fijo anual y uno variable anual. Buch no desveló las cifras a la espera del concurso.