OPINIÓN

España necesita clases de oratoria

Jueves 16 de octubre de 2014

Madrid volvió a presentarse ante los miembros del COI con la esperanza de organizar los Juegos de 2020. Al día siguiente, las redes sociales solo hablaban de una cosa: la deslucida presentación de la candidatura, especialmente la intervención de la alcaldesa Ana Botella.



Y aunque los analistas hayan atribuido esta nueva derrota de Madrid a otros factores, como la economía y el dopaje, algunas preguntas han quedado en el aire. ¿Cuánto contribuyó la fallida presentación final a que Madrid no pasara ni tan siquiera a la segunda votación? ¿Somos menos hábiles que otros países para hablar en público?

“No somos ni mejores ni peores. Pero tenemos un déficit estructural, originado por la escasa importancia que da nuestro sistema educativo a la oratoria o la dialéctica, que se refleja especialmente en nuestros líderes políticos e institucionales”, opina Antoni Gutierrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político.

“Puede haber individuos con más habilidad o carisma que otros, pero nadie nace con dotes de oratoria. Eso hay que aprenderlo. Así como en Francia, Reino Unido, Alemania y EE UU, por ejemplo, los exámenes orales son fundamentales, la tradición educativa española nunca ha puesto el acento en las exposiciones habladas”, explicaba.

“Tampoco, hasta hace nada, se ha dado importancia al inglés”, prosigue. “En consecuencia, nuestros líderes, que en su mayoría rondan los 50 años, se han visto obligados a superar ese déficit a marchas forzadas, con esfuerzo y muchas horas de entrenamiento. Y el que no lo ha hecho, se le nota”, advierte. “No hay más que ver el nivel de los debates electorales”, apunta.

Pero el déficit educativo en expresión oral preocupa no solo en el entorno político. También en el ámbito universitario. “Los alumnos llegan con un nivel muy bajo porque no han hecho exámenes orales ni han practicado nunca. La mayoría no saben exponer sus ideas y algunos ni siquiera podrían superar una entrevista de trabajo”, asegura Adolfo Lucas, profesor de oratoria en varias universidades y autor del libro El poder de la palabra.

La facilidad de palabra, la capacidad para argumentar y dar una opinión de tal forma que seas capaz de convencer al oyente es esencial en algunos trabajos y el sistema educativo español sigue sin insistir en ello.

Las exposiciones orales, que ahora se han puesto tan de moda en la Universidad son necesarias, pero requieren que alguien enseñe a los alumnos cómo ha de hacerse. De nada  sirve hacer una exposición leyendo la pantalla del proyector. Hay que convencer y la oratoria es necesaria para poder hacerlo, pero siguen sin dotarnos de esas herramientas. Es necesario que estas habilidades que se desarrollan en clubs de debate y similares se impongan a los alumnos de la Universidad. De nada sirve haberse empollado un texto, si luego no se lo vas a saber vender al cliente.


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