Un equipo de científicos internacionales asegura haber hallado evidencia contundente de que la tuberculosis en los seres humanos se originó entre los grupos de cazadores recolectores de África hace al menos unos 70.000 años.
Un grupo internacional de investigadores dirigido por Sebastien Gagneux, del Instituto Tropical y Salud Pública de Suiza (Swiss TPH), ha conseguido identificar el origen de la tuberculosis en el tiempo y en el espacio a través de la secuenciación del genoma completo de 259 cepas de Mycobacterium tuberculosis recogidas en diferentes partes del mundo.
Los autores de esta investigación, cuyos resultados publicaba este domingo la revista Nature Genetics, compararon los árboles evolutivos genéticos de micobacterias y seres humanos y, para su sorpresa, los árboles filogenéticos de los seres humanos y las bacterias de tuberculosis mostraron un juego muy igualado.
“El camino evolutivo de los humanos y las bacterias de la tuberculosis muestra sorprendentes similitudes”, afirma Sebastien Gagneux, lo que, según estos investigadores, apuntaría directamente a una estrecha relación entre los dos, durante decenas de miles de años y no 10.000 años como era creencia hasta ahora.
Los seres humanos y las bacterias de tuberculosis no sólo han surgido en la misma región del mundo, sino que también han emigrado fuera de África juntos y se han expandido por todo el mundo, ya que el comportamiento migratorio de los humanos modernos, acompañados de cambios en el estilo de vida, ha creado condiciones favorables para una enfermedad cada vez más mortal, pero aún no eliminada.
“Vemos que la diversidad de las bacterias de la tuberculosis se ha incrementado notablemente en las poblaciones humanas que se expandieron”, explica el biólogo Gagneux.
La expansión humana en la Transición Demográfica Neolítica (END) llevó a la combinación de nuevos estilos de vida humanos en grupos más grandes y con estructuras de las aldeas que pueden haber creado las condiciones la transmisión eficiente de la enfermedad entre humanos, sugiere Gagneux, quien agrega que también así pudo haber aumentado la virulencia de las bacterias con el tiempo.
Los resultados indican, además, que la tuberculosis es poco probable que haya pasado de los animales domésticos a los seres humanos, como se ha visto en otras enfermedades infecciosas. “Simplemente, porque la micobacteria de la tuberculosis se remonta a mucho tiempo antes de que los humanos empezaron a domesticar a los animales”, asevera.
La tuberculosis sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales de los seres humanos, matando al 50 % de las personas infectadas cuando se deja sin tratar.
Incluso hoy en día, la tuberculosis causa entre uno y dos millones de muertes cada año, principalmente en los países en desarrollo y la multirresistencia a los fármacos es una amenaza cada vez mayor en la lucha contra esta enfermedad para la que se necesitan urgentemente nuevos medicamentos y vacunas para combatir esta enfermedad relacionada con la pobreza.