INTERNACIONAL

Asi recula Obama

David Rodríguez | Jueves 16 de octubre de 2014

Mientras Europa estaba y está dividida entre los defensores y retractores del ataque a Siria y los americanos no quieren oir hablar de más intervenciones militares, Obama recula el ataque inminente a Siria durante un paseo por el jardín y los Sirios lo ven como una victoria.



El viernes al atardecer el presidente Barack Obama se llevó a su jefe de gabinete a dar una vuelta por el jardín de la Casa Blanca. En un paseo de 45 minutos, el presidente confesó que estaba volviéndose a pensar el ataque que tenía previsto en pocas horas contra Siria, y que tal vez era una buena idea esperar a que votase el Congreso aunque no estuviera obligado a hacerlo.

Y es que todo estaba listo para el ataque este fin de semana: los cinco destructores, con dos docenas de misiles de larga distancia cada uno, varios submarinos y unos 300 marines recién llegados en un barco con helicópteros por si había que organizar una evacuación; John Kerry, el secretario de Estado, ya había cumplido su papel y había presentado los argumentos a favor de la guerra hasta con cierta pasión y la prensa tenía el resumen de pruebas que apuntaban a que el régimen de Asad mató con gas sarín y otras armas químicas a más de 1.429 personas, entre ellas más de 400 niños, el 21 de agosto.

Pero Obama seguía meditando la decisión de atacar Siria, que al parecer lo lleva torturando al menos un año. Llevaba varios días pensando en la opción de ir al Congreso, pero no se lo había dicho aún a ninguno de sus consejeros. De hecho, Varios portavoces insisten en que ni siquiera se había considerado esta opción y que la decisión la tomó directamente el presidente en solitario.

Menos de dos horas después de que saliera Kerry a dar la cara el viernes, el presidente se sentaba junto a los líderes de Lituania, Letonia y Estonia para una reunión rutinaria en la Casa Blanca y se mostraba cabizbajo y muy serio, se quejaba una vez más de lo mucho que detesta esta nueva intervención militar.

"Sé muy bien que el mundo en general está cansado de la guerra… Los estadounidenses, comprensiblemente, quieren que nos concentremos en reconstruir nuestra economía aquí y poner a la gente a trabajar. Y os aseguro que nadie está más cansado de la guerra que yo", suspiraba Obama con unas palabras poco habituales para un comandante-en-jefe a punto de lanzar un ataque.

La población, en contra

Y es que el presidente ya había leído las últimas encuestas según las cuales la mayoría de estadounidenses, al igual que muchos europeos, se oponen a intervenir en Siria. El ataque tenía menos respaldo popular que cualquier otra operación militar en sus comienzos desde la guerra de Corea, según los datos de Gallup.

Entretanto, en la Cámara de Representantes, un congresista republicano de Virginia ya había logrado recoger más de 140 firmas pidiendo al presidente que no atacara Siria sin pasar por el Congreso, mientras que el senador republicano y antiguo rival John McCain, el más entusiasta contra el régimen de Asad, le criticaba por estar preparando un ataque demasiado limitado, mientras que simultáneamente varios senadores demócratas moderados que apoyaban la intervención también le sugerían organizar un debate en el Congreso.

Con todas estas inquietudes en la cabeza, Obama se fue a dar otro paseo con Denis McDonough, un hombre de confianza que empezó trabajando de asesor de Exteriores en la campaña de 2008 y que era viceconsejero de Seguridad Nacional hasta que este año el presidente lo nombró jefe de gabinete. También uno de los más cautos sobre la conveniencia de involucrarse en la guerra siria.

Después del paseo, sobre las siete de la tarde, Obama convocó una inesperada reunión en la Casa Blanca e informó a su gabinete que el plan había cambiado. "Chicos, tengo una idea bastante grande que quiero comentar con vosotros", anunciaba, según el 'New York Times'. Tras asimilar la nueva, varios de los presentes le alertaron del peligro de que se perdiese la votación o de que el apoyo popular o exterior no mejore en estas semanas de espera.

Frenar la vía militar

Los partidarios de intervenir desde hace meses creían que el presidente estaba convencido, muy afectado por las imágenes de niños moribundos intoxicados por los gases de las armas químicas. Pero de repente el presidente frenaba o desaceleraba los planes militares.

Sobre las nueve de la noche, Obama llamó por teléfono a Kerry, que había lanzado su anuncio de guerra horas antes, y a Chuck Hagel, el secretario de Defensa que llevaba toda la semana asegurando que el Pentágono estaba listo para atacar puesto que la opción de pedir aprobación al Congreso nunca había sido contemplada por la Administración de Obama.

El sábado por la mañana, el presidente convocó otra reunión más formal en la 'Situation Room', la sala de conferencias reservada para los cónclaves de inteligencia en el sótano de la Casa Blanca donde  sentado a la cabeza de la mesa y con una infusión al lado, Obama explicó el cambio a todo su equipo de seguridad. La mayoría le miraba con gesto muy serio.

Trece minutos después del mediodía, la Casa Blanca mandó un e-mail a la prensa para avisar de la "actualización" en el calendario presidencial, que hasta entonces estaba vacío de actos públicos.

El anuncio sólo decía que Obama haría una "declaración sobre Siria" en el Rose Garden. Un portavoz se apresuró a aclarar que no anunciaría una acción militar inminente, sino que explicaría cómo iban los planes.

El presidente se hizo esperar tres cuartos de hora mientras hacía unas llamadas en el Despacho Oval. Mientras los reporteros esperaban al sol, él seguía hablando con John Boehner, el republicano que lidera la Cámara de Representantes y que puede ser clave para la aprobación del ataque. También tenía que llamar al presidente francés François Hollande, dispuesto a apoyar la intervención este sábado sin esperar a su propio debate parlamentario.

En su anuncio, Obama apareció flanqueado por su vicepresidente, Joe Biden, que le escuchó en silencio. Los gritos de quienes protestaban contra la guerra delante de la Casa Blanca se oían con claridad.

El inicio de la retirada estadounidense

La decisión del presidente estadounidense, Barack Obama, de buscar la autorización del Congreso antes de seguir adelante con un ataque militar en Siria ha sido interpretada por el régimen de Damasco como "el inicio de la retirada" estadounidense.

Así lo ha interpretado el diario oficial sirio Al-Thawra en su edición de hoy. "Lo que Obama anunció ayer, directamente o a través de su implicación, supone el comienzo de la histórica retirada americana", señala Al-Thawra en su editorial, que lleva a la portada.

Y en esa misma línea desafiante se posiciona de nuevo el presidente sirio. En un encuentro con el asesor de seguridad iraní Alaeddin Boroujerdi del que informa la televisión estatal, Bachar Asad contesta a EEUU que Siria es capaz de enfrentarse "a cualquier agresión exterior". "Las amenazas de los estadounidenses de lanzar un ataque contra Siria no nos desalentarán de nuestros principios de luchar contra el terrorismo, apoyado por algunos países regionales o de Occidente, dobre todo EEUU".

Obama anunció ayer que solicitará la autorización del Congreso antes de atacar Siria por haber usado presuntamente armas químicas contra la población civil. Esta petición supone, de hecho, retrasar el ataque al menos en 10 días.

El viceministro de Exteriores sirio, Faisal Mekdad, no se ha salido de la línea triunfalista: "La decisión de declarar la guerra a Siria es criminal y errónea. Estamos seguros de que saldremos victoriosos", ha dicho en declaraciones a los periodistas que le esperaban a las puertas de un hotel en Damasco.

Nuevas pruebas 

John Kerry desveló este domingo que los servicios de espionaje de Estados Unidos tienen un nuevo indicio sobre el ataque químico que se cobró la vida de al menos 1.429 personas al este de Damasco. Análisis "independientes" han encontrado "restos de gas sarín" en el pelo y en la sangre de los miembros de los servicios de emergencia que atendieron a las víctimas de la masacre. Un extremo que según el secretario de Estado estadounidense potencia aún más si cabe la necesidad de actuar contra el régimen de Bashar Asad.

Consciente de la sorpresa que ha suscitado la marcha atrás del presidente, Kerry defendió durante varias entrevistas su decisión y la presentó como el fruto de su respeto por los congresistas y no como un signo de debilidad: "Si no hiciera esto, ya estaríamos oyendo a la gente quejándose de que no había ido al Congreso y que había actuado unilateralmente. No tiene sentido criticarle sólo porque ha defraudado a algunas personas que creyeron sin ningún fundamento que estaba preparando un ataque".

Lo que no ha aclarado el secretario de Estado es el porqué del súbito cambio de opinión del presidente, que ordenó a Kerry a salir el viernes a defender la urgencia del ataque y al día siguiente dijo que su eficacia sería la misma "en una semana o en un mes".

"El presidente está liderando con mucha fuerza y lo está haciendo de la manera correcta", afirmó el ex senador demócrata preguntado por las críticas que ha suscitado la vacilación de Obama entre analistas relevantes como Ian Bremmer o Richard Haas.

Comunicado de la oposición

La oposición siria también se ha pronunciado sobre el paso atrás dado por Obama. En un comunicado, la Coalición Nacional Siria, la principal alianza opositoria, ha reclamado al Congreso de EEUU que autorice la intervención militar en el país para detener la"maquinaria de asesinatos del régimen criminal".

En un comunicado, la oposición siria consideró que la comunidad internacional debe castigar al régimen del presidente sirio, Bachar Asad, para "transmitir un mensaje claro" a quienes han actuado de forma similar.

De lo contrario, alertó de la posibilidad de que surjan "dictaduras que vayan a fabricar armas químicas y exportarlas", después de que "se haya permitido" al régimen sirio utilizar ese tipo de armamento.

Sólo la ONU puede determinarlo de forma imparcial

La ONU ha asegurado que solo su misión de expertos puede determinar de forma imparcial el posible uso de armas químicas en Siria sobre la base de evidencias recogidas sobre el terreno.

"La misión de la ONU está únicamente capacitada para establecer de forma imparcial y creíble los hechos sobre el uso de armas químicas basándose en las pruebas recogidas sobre el terreno", declaró hoy el portavoz jefe de Naciones Unidas, Martin Nesirky.

Europa dividida

La incomodidad de Europa ante la crisis siria quedaba esta semana a las claras cada vez que los periodistas preguntaban a los responsables comunitarios si habría que esperar al resultado de la investigación de la ONU sobre el uso de armas químicas; o por el contrario sería recomendable responder lo antes posible con un ataque al régimen de Bachar el Asad.

El portavoz de la jefa de la diplomacia europea se limitaba a recordar las palabras que Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia de la UE, había pronunciado unos días antes en Tallin. En ellas no había ni un sí ni un no.

“Es necesario que los inspectores en Siria puedan examinar las evidencias tan pronto como sea posible. El Consejo de Seguridad de la ONU es extremadamente importante para ver cómo debe responder la comunidad internacional. Pero eso no nos excusa al resto de analizar muy cuidadosamente qué hemos de hacer”, aseguró la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores.

Con estas palabras pronunciadas en la capital estonia, Ashton trataban de marcar una línea política europea, pero sin contradecir abiertamente las distintas sensibilidades sobre el tema en la UE.

Una alta fuente europea reconocía esta semana que sería deseable ofrecer una voz única en este conflicto con consecuencias imprevisibles. “¿Pero qué puede hacer la Comisión Europea si los Estados miembros, pese a estar de acuerdo en que un ataque con armas químicas no puede quedar impune, tienen puntos de vista diferentes?”, se preguntaba con un punto de frustración.

París encabeza el bando de los que defienden una respuesta inmediata. Tras la humillación que sufrió el primer ministro británico, David Cameron, al ver cómo su Parlamento le negaba el aval para entrar en guerra, el presidente François Hollande se erige como principal aliado de Washington en la operación. La Comisión no duda de la responsabilidad de El Asad en la masacre perpetrada a las afueras de Damasco el 21 de agosto. “Estamos seguros al 99%”, señala la fuente.

Entre los más reacios a secundar a EE UU en su intervención militar destaca Italia, que ha descartado de plano participar en el castigo si no hay un mandato por parte de la ONU. “No existe una solución militar al conflicto en Siria. Se debe seguir trabajando por una solución política”, dijo el pasado martes su ministra de Asuntos Exteriores, Emma Bonino.

Una postura parecida mantiene Berlín. “Alemania solo puede participar en operaciones militares con mandato de las Naciones Unidas, la OTAN o la Unión Europea. Por ello se trata de un asunto que ni se plantea”, dijo la canciller Angela Merkel en una entrevista publicada ayer en el periódico Ausburger Allgemeinen. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se pronunció esta semana a favor de una resolución diplomática del conflicto y pidió tiempo para que sus inspectores terminen la investigación.


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