El primer ministro noruego desde 2.005, el laborista Jens Stoltenberg, se puso el uniforme obligatorio de taxista y condujo un taxi por las calles de Oslo para conocer mejor las opiniones de sus ciudadanos.
El primer ministro iba perfectamente uniformado con un carné que le identificaba como uno de los conductores de la compañía Oslo Taxi. Al final todos los pasajeros descubrieron el disfraz y varias de las conversaciones derivaron en un debate político.
El coche iba equipado con cámaras ocultas para utilizar las reacciones de los pasajeros, si éstos querían, en una campaña de publicidad. Algunos de estos "clientes" fueron elegidos al azar, pero otros fueron al taxi sin saber que el conductor sería Stoltenberg.
"Para mí es importante escuchar lo que la gente piensa de verdad y hay un lugar en el que dicen lo que piensan de la mayoría de los asuntos, y es en un taxi", afirmaba Stoltenberg, según recoge el diario noruego 'Aftenposten' en su edición digital.
En la grabación queda en evidencia la falta de pericia de Stoltenberg al volante y varios pasajeros incluso le dicen bromeando que temen por su vida. En uno de los trayectos del coche, que era automático, el primer ministro confunde el freno de mano con la palanca de cambios y en otra reconoce que lleva años sin coger un coche.
Noruega se encuentra inmersa en plena precampaña para las elecciones legislativas del próximo 9 de septiembre y el Partido Laborista de Stoltenberg está en las encuestas por detrás del Partido Conservador.
Esta iniciativa de marketing político tuvo lugar durante una tarde del pasado mes de junio. ¿Os imagináis que podría pasar en España si Mariano Rajoy, bien maquillado y convenientemente disfrazado, imitase al primer ministro Stoltenberg? No verdad, a lo mejor es porque no le interesa tanto nuestra opinióno como al de Noruega.