Una carta publicada conjuntamente en 'Nature' y 'Science', anuncia la intención de prominentes virólogos de realizar manipulaciones genéticas del virus H7N9 de la gripe para tratar de anticiparse a su comportamiento en el peor escenario posible.
El documento parece un intento de evitar un conflicto como el que surgiera en 2011 con el virus H5N1, donde algunos de los estudios realizados sobre el mismo fueron censurados por las dos mismas revistas debido a la presión de EEUU.
En aquella ocasión, los científicos aceptaron no publicar sus manipulaciones genéticas del virus hasta que se hubiese debatido ampliamente si ese conocimiento podía ser empleado con fines terroristas.
Como ahora vuelven a explicar Ron Fouchier (de la universidad holandesa de Rotterdam) y Yoshihiro Kawaoka (de Wisconsin-Madison, en EEUU), manipular genéticamente el virus en el laboratorio es la única manera de poder adelantarse a lo que puede ocurrir en la naturaleza. Por eso, ambos científicos lideran esta intención de la comunidad científica de hacer más virulento el H7N9 en el laboratorio, para poder estar preparados por si el escenario virtual del laboratorio se tornase en realidad letal en la vida real.
Precisamente, esta misma semana, la revista 'British Medical Journal' documenta el que podría ser el primer caso de transmisión de humano a humano del H7N9, un padre de 60 años y su hija de 32. Sin embargo, como recuerda en un editorial en la misma revista James Rudge, de la Escuela de Medicina Tropical de Londres, parece un caso puntual, que no indicaría que el patógeno ha adquirido las características necesarias para causar una pandemia; "pero sí nos indica que debemos estar vigilantes porque la amenaza no ha pasado".
De momento el H7N9, un virus de la gripe de origen aviar, ha infectado a unas 130 personas desde el pasado mes de marzo, la mayoría en China, causando la muerte a unas 43 de ellas. Las medidas establecidas por las autoridades chinas para cerrar los mercados de aves vivas parecen haber funcionado y el ritmo de transmisión entre humanos se ha frenado en las últimas semanas.
Como recuerdan en su carta, normalmente, la toma de decisiones (tanto políticas como sanitarias) cuando surge un nuevo patógeno de este tipo -peligroso para los humanos- suele tener un pequeño margen de tiempo de decisión "y las autoridades apenas tienen margen para reaccionar y establecer una respuesta efectiva para mitigar los efectos de una pandemia". Por eso los investigadores están convencidos de que es necesario ganar todo ese conocimiento en el laboratorio, manipulando si hace falta el H7N9 para hacerlo más peligroso de lo que es en realidad.
Entre los estudios que se quieren llevar a cabo se encuentran manipulaciones de genes para descubrir qué le falta al H7N9 para ser más letal en humanos, qué le haría falta para adaptarse plenamente al sistema respiratorio humano y transmitirse de persona a persona, dónde puede estar su punto débil para atacarlo con una vacuna eficaz, porqué es capaz de resistir al tratamiento con antivirales como oseltamivir (el popular Tamiflú) como ya ha ocurrido en algunos pacientes...
Afortunadamente, se tiene la intención de realizar todos estos trabajos dentro de laboratorios que cumplan las máximas exigencias de bioseguridad para impedir la propagación de un virus al que pretenden hacer mucho más letal de lo que actualmente es y todos los estudios deberán ser sometidos al escrutinio de las autoridades para valorar si el riesgo compensa el beneficio. Si no podríamos hasta pensar que se trata de elaborar nuevas armas biológicas.