NACIONAL

Vuelve la “marea blanca” contra la privatización de la Sanidad

Jueves 16 de octubre de 2014

La marcha comenzaba a las 10.30 horas en la Plaza de Cibeles recorriendo las calles hasta llegar a la Plaza de la Independencia, donde se concentraba la cadena humana.



La Mesa para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid ha convocaba para este domingo la séptima marcha de la “Marea Blanca” en contra de la privatización de seis hospitales de la capital planeada por el Ejecutivo Regional.

Sin embargo, y con motivo de la suspensión, por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, de manera provisional del proceso de privatización de los hospitales Infanta Leonor, Infanta Sofía, Infanta Cristina, el del Tajo, el del Henares y el del Sureste, la marcha se ha convocado para seguir luchando contra la causa de la no privatización.

Bajo el lema “Abracemos la calidad pública y universal”, los manifestantes recorrían el pequeño tramo que existe desde la Plaza de la Cibeles hasta la Plaza de la Independencia, donde la Puerta de Alcalá se ha visto abrazada por una cadena humana que formaban los asistentes.

Por otra parte, la Consejería de Sanidad presentó pretextos a la medida decretada por el TSJM en relación con la corrección de errores de los pliegos debido a la introducción de la palabra “anual” en la parte relativa a las garantías exigidas. Con estas alegaciones, Sanidad espera que se levante la medida cautelar.

Sin embargo, el Gobierno regional afirma que en esas alegaciones el PSM no está legitimado para recurrir el proceso porque sólo puede realizarse por las partes directamente implicadas. Sobre esto, el consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, confirmó que el PSM "sólo tiene un interés político y partidista" y que la falta de legitimidad de los socialistas para recurrir viene recogida en la jurisprudencia del propio TSJM, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo. Sobre esto, la portavoz de Equo Madrid, Inés Sabanés, ha criticado la postura del consejero diciendo que "no sólo no reflexiona", sino que además "le añade un plus de arrogancia lamentable”.


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