El presidente de Bankia, asegura, en un acto sin precedentes, que la inyección de capital a los bancos no se ha realizado para salvar a los accionistas ni a los banqueros, sino a los depositantes.
En una entrevista publicada en El País, Goirigolzarri se refiere con esta explicación a lo sucedido en Bankia, porque con el rescate a quien se ha salvado es a los siete millones y medio de depositantes y es por eso que se invierte en los bancos.
Sobre los 22.424 millones de euros que han tenido que ser inyectados por el Estado a la entidad financiera ahora pública, su presidente asegura que el Estado puede recuperar las ayudas, pero no hasta dentro de dos o tres años.
José Ignacio Goirigolzarri, confiesa también en esta entrevista que le ha sorprendido la detención de Miguel Blesa, uno de sus antecesores en el cargo y que mantiene el objetivo de ganar este año 800 millones y 1.200 millones para 2015, a pesar de la complejidad del entorno, pero Bankia tiene un plan de ingresos, que no parece incluir el conceder prestamos a las empresas, y una fuerte reducción de gastos.
Tras declarar, en un acto insólito de sinceridad, que lejos está de sentirse presionado por las continuas peticiones de políticos y del Gobierno para que la banca otorgue créditos, Goirigolzarri asegura en la entrevista que entre sus objetivos está dar más créditos.
Explica el presidente de Bankia que en hipotecas de particulares hay poca demanda y que se quiere potenciar el préstamo al consumo en la red de oficinas en base a los clientes elegidos por la entidad y en función del riesgo. En empresas "tenemos el objetivo claro de aumentar el crédito sin hacer tonterías", las tonterías que durante tantos años han hecho y que tanto trabajo han dado a muchas personas.
José Ignacio Goirigolzarri reconoce, por otra parte, que las preferentes han dejado grandes heridas en los clientes y muchos de ellos están decepcionados, "lo que tenemos en cuenta", (tener en cuenta, no significa hacer lo que tienen que hacer, sino saber que la población está disgustada con su “modélica actitud”).
Sin el problema de las preferentes y subordinadas, el plan de recuperación de Bankia sería más fácil, porque se evitaría este daño comercial- confiesa.
Así que no parece que estén muy por la labor de dar créditos, sin condiciones "imposibles" de cumplir, ni de ayudar a aquellas personas a las que engañaron con las preferentes, más bien asumen que su imagen está bien fastidiada pero no hacen nada para mejorarlo. Porque las acciones de Bankia concedidas a los preferentistas siguen valiendo menos de lo que debieran y parece que con esta bajada de su valor lo que se logrará es que los preferentistas no las cambien por su dinero y tengan que esperar a que las acciones suban de valor, algo que le viene estupendamente a su empresa pública.