Reino Unido será seguramente el próximo país en aprobar el matrimonio homosexual pese al rechazo frontal de parte de los tories a este proyecto por el que, según ellos, podrían perder las elecciones.
En Francia hubo una importante oposición tanto a nivel político como social contra esta medida que el Presidente Socialista François Hollande se había impuesto como objetivo para la legislatura, los británicos, sin embargo, no han tenido tantos problemas y el proyecto de ley pasará este mismo martes la tercera y última lectura en la Cámara de los Comunes, en donde los diputados, pese a una resistencia de los conservadores, esperan poder votar antes de que la legislación se remita mañana a la Cámara de los Lores.
En este momento de división entre los conservadores, se espera que buena parte de sus parlamentarios tories no obedezcan a su lider y se opongan a la aprobación del proyecto con el que creen que van a perder votos, pero, afortunadamente para la comunidad homosexual todo indica que la legislación saldrá adelante gracias al respaldo de los principales partidos de la oposición.
La votación de hoy será por lo tanto una prueba para el primer ministro británico, David Cameron, que afronta otra rebelión interna por el referéndum sobre la Unión Europea y ahora tiene a parte de los conservadores que deberían seguirle rechazando el matrimonio homosexual. Este proyecto, muy respaldado por Cameron, consiguió superar ayer un fuerte obstáculo que hubiera retrasado la aprobación del texto legislativo cuando la cámara baja votó en contra de una enmienda por la que se pedía que el derecho que tienen las parejas gay de celebrar uniones civiles pueda ser extendido también a las heterosexuales.
Desde el 2005, las parejas homosexuales pueden celebrar uniones civiles en ayuntamientos británicos, lo que les otorga derechos y responsabilidades similares al matrimonio civil sin estar casados. Con esas uniones, las parejas homosexuales tienen por ejemplo, derecho a que uno de ellos pueda heredar el patrimonio del otro si éste muere. Mientras, las parejas heterosexuales pueden contraer matrimonio civil o religioso, con todos los derechos que ello implica y las mujeres pueden adoptar el apellido del marido, pero no pueden acceder a las "uniones civiles".
Tras un acuerdo entre el liderazgo tory y el Partido Laborista, primero de la oposición, éste, en lugar de abstenerse como se pensaba, rechazó ayer la enmienda, derrotada por 375 votos frente a 70. Esta enmienda habría sido presentada por el diputado conservador Tim Loughton, para dificultar el trámite parlamentario de la legislación ante el descontento de varios diputados "tories".
El proyecto ya había sido debatido y aprobado en su segunda lectura el pasado mes de febrero, cuando cerca de la mitad de los diputados conservadores rechazaron el texto legislativo. Todo indica que la legislación entrará en vigor para que los homosexuales puedan casarse desde 2014 en Inglaterra y Gales (Escocia e Irlanda del Norte tienen competencias transferidas) en ayuntamientos y templos religiosos que lo autoricen, pero nunca en las iglesias anglicanas.
El proyecto ha molestado particularmente a las bases conservadoras, que creen que el apoyo de Cameron hará "virtualmente imposible" que esta formación pueda volver a ganar las elecciones generales que se celebrarán en 2015. En este sentido, unos treinta presidentes actuales y expresidentes de grupos conservadores en distintas regiones del país enviaron el domingo una carta a Cameron para manifestar su preocupación por el respaldo que su lider estaba dando al proyecto.
El pasado febrero, la propuesta fue aprobada -en segunda lectura- por una amplia mayoría de 400 votos a favor y 175 en contra, en una cámara compuesta por 303 parlamentarios "tories", 255 laboristas y 57 liberaldemócratas, además de otras formaciones menores. Además del descontento tory por este proyecto, Cameron afronta el malestar del ala euroescéptica de su formación porque el premier no incluyó en su programa legislativo para el actual curso parlamentario la promesa de celebrar un referéndum sobre la permanencia o salida de la UE si gana las elecciones generales en 2015.