El Gobierno aconseja no dar agua corriente a los menores de un año
Por Rafa Hernández
El anuncio que ha hecho el Gobierno japonés de la existencia de yodo radiactivo, con niveles muy superiores a lo aconsejable en el agua, en la capital del país, ha aumentado la precaución después del tsunami y de la constante alerta radiactiva, teniendo consecuencia directa en los suministros de agua embotellada de la capital y de otras regiones de Japoón.
Sin embargo, han asegurado que dichos índices no suponen un daño directo para los bebés y su inocuidad para los adultos. Los ciudadanos de Tokio se han lanzado a las calles para hacer acopio de agua embotellada y han terminando con la mayoría de las existencias de este bien.
Ante la sospecha del aumento de la demanda, las autoridades han repartido botellas de agua a los cerca de 80.000 bebés que hay en Tokio, y en cinco ciudades cercanas, lo cual asciende a más de 240.000 botellas entregadas.
Tras el terremoto, el agua se había convertido en un bien escaso debido al temor de que la contaminación radiactiva afectase también a los alimentos producidos tras el desastre. La situación ha llevado al Gobierno a pedir a las empresas embotelladoras que aumenten su producción y a plantearse la opción de importar agua del extranjero.