TELEVISIÓN

El rey ofreció el discurso de Nochebuena de pie

Ana Magdalena Quijano | Jueves 16 de octubre de 2014

El monarca sorprendió a los espectadores innovando en las formas, aunque manteniendo la línea habitual de su charla navideña, como era de esperar.



El rey don Juan Carlos (o, como lo denominaron en Twitter, “Juancar”) apareció en su despacho para dar el habitual discurso de Nochebuena, donde suele aconsejar a los españoles cómo afrontar los problemas del año. Se trata de una charla rancia y trillada para muchos, aunque ya resulta casi una tradición sentarse frente a la televisión a las 9 de este día para ver qué nos cuenta. Pero la bajada en las audiencias demuestra que el discurso está de capa caída. Si en 2000 contaba con más de 9 millones de espectadores, en 2010 tan solo recogía los 7 millones.

En esta ocasión, ha pronunciado uno de los discursos más cortos de la historia de su mandato. Con tan solo 1.089 palabras (451 menos que el pasado año), el rey ha destacado los titulares que quería que salieran en la prensa. Habló de la “política grande” en “mayúsculas” y, como no, de la crisis económica. O sea, que no cambió el contenido de su charla y se repitió en sus palabras, como todos los años. Lo único que cambió fue su postura física, pues no apareció sentado como suele hacer, sino que estaba apoyado en un escritorio. Todo lo demás: el belén (sin mula ni buey, como dicta el papa desde el Vaticano, no vaya a ser que se enfade), las fotos familiares (sin rastro de Urdangarín) y hasta la misma Constitución eran previsibles en la escena.

El televisivo Jordi Évole escribió una carta para el diario catalán ‘El Periódico’ donde sugería al monarca un cambio en la dinámica habitual del discurso navideño. Con un toque de humor y mucha picardía, la cara del polémico ‘Salvados’ pedía que no todas las cadenas que emiten este mensaje real se repitieran con la misma imagen. Sugería que en una el rey estuviera sentado “en plan Bisbal” en el programa de ‘La Voz’, o sea, de espaldas. También bromeaba con fichar al chef Chicote para que hiciera su propia versión de ‘Pesadilla en la cocina’ en el palacio de la Zarzuela. Dejando de lado el humor, Évole se pone firme cuando se trata de criticar lo que realmente afecta a la gente. Menciona en su carta a Gallardón, las tasas judiciales, a Urdangarín, a los recortes y a la crisis en general, dando por sentado que el casi cómico personaje, “Juancar”, no iba a mencionar nada de esto.

Y así fue, como todos los años. Twitter se hizo eco del discurso y surgieron hashtags como #PorraMensajeRey, #ElDiscursoDelRey o #VivaLaRepública. Quizá aun no se hayan enterado de lo que piensan los twitteros, ni los españoles ni la gente de a pie. Pero Juancar sigue ahí, al pie del cañón, anclado en la Restauración Española y en la política, su ética y la de su familia, que ya sabemos cómo la respeta.


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