Moncloa no logra convencer a Junts con su última oferta para mantener la legislatura. La formación de Puigdemont ha rechazado la propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien admitió incumplimientos en los acuerdos previos. Junts reafirma su ruptura y critica que "no vale cumplir a medias". Desde el Gobierno se insiste en la importancia de avanzar en compromisos, mientras que otros socios como Sumar valoran positivamente el acercamiento. Sin embargo, la oposición, liderada por el PP y Vox, cuestiona la sinceridad de esta relación y considera que es una estrategia fallida.
La relación entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Junts per Catalunya se encuentra en un punto crítico. A tan solo 24 horas de que el presidente del Gobierno reconociera incumplimientos en los acuerdos alcanzados con la formación liderada por Carles Puigdemont, Junts ha reafirmado su decisión de mantener la ruptura. La portavoz del grupo en el Congreso, Miriam Nogueras, ha enfatizado que “no vale cumplir a medias”.
Este nuevo intento de acercamiento por parte de Sánchez se produce tras la reciente derrota del Gobierno en la votación sobre la senda de gasto. Según Nogueras, “el Gobierno se encuentra en una situación de debilidad política desde la ruptura”, lo que ha llevado a perder votaciones clave, como la del techo de gasto, dejando a Sánchez sin margen para avanzar en nuevos presupuestos.
A pesar de las dificultades, desde la Moncloa se mantiene una estrategia orientada a recuperar el apoyo de Junts. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, ha subrayado la importancia de cumplir con los compromisos adquiridos y seguir avanzando en cuestiones complejas, como el uso de lenguas cooficiales en Europa.
Por su parte, desde Sumar, socio minoritario del Ejecutivo, han valorado positivamente este gesto por parte de los socialistas. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha calificado las declaraciones recientes de Sánchez como un “gesto de honestidad”. Sin embargo, otros dirigentes socialistas tienen una visión más crítica. Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha cuestionado la eficacia de tratar con Junts al afirmar que “pensar que de rodillas nos van a respetar más es un poco absurdo”.
La oposición también está atenta a esta situación. Desde el PP, critican el cambio de postura del presidente del Gobierno. Alberto Núñez Feijóo había instado a los empresarios catalanes a presionar a Junts para que apoyaran una posible moción de censura, y ahora sostiene que “implorarle a Junts que se va a portar bien es una comedia en la que nosotros no vamos a participar”.
Desde Vox, Santiago Abascal ha puesto en duda el distanciamiento entre socialistas e independentistas, afirmando que “no han roto con Sánchez; es una farsa y lo único que están haciendo es elevar la apuesta”. En este contexto tenso y lleno de incertidumbres, las decisiones políticas parecen estar más cargadas que nunca.
Moncloa no logró convencer a Junts con su última oferta para sostener la legislatura, y la formación liderada por Puigdemont ha rechazado la propuesta.
Junts, a través de su portavoz Miriam Nogueras, afirmó que mantienen su ruptura y que "no vale cumplir a medias".
El Gobierno, representado por la vicepresidenta María Jesús Montero, sigue intentando recuperar el apoyo de Junts y considera importante cumplir con los compromisos establecidos.
Algunos socios como Sumar valoran positivamente el acercamiento, mientras que otros, como Esquerra Republicana, critican el enfoque en reconciliaciones constantes.
La oposición, incluyendo al PP y Vox, cuestiona las acciones del Gobierno y sugieren que el distanciamiento entre socialistas e independentistas es una farsa.