El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, criticó la "parsimonia" y "absoluta indecisión" del Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) durante la DANA del 29 de octubre. En su declaración como testigo, Polo destacó que mientras su equipo estaba preparado para alertar a la población sobre posibles inundaciones, en el CECOPI se improvisaba sin tomar decisiones efectivas. Afirmó que a las 10 de la mañana ya se podrían haber enviado avisos adecuados ante el riesgo de inundaciones graves. Además, subrayó que el sistema de información hidrológica no falló, aunque las crecidas repentinas complicaron la situación. La falta de comunicación entre el CECOPI y la confederación fue otro punto crítico señalado por Polo.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), Miguel Polo, ha revelado detalles preocupantes sobre la gestión de la situación de emergencia durante la DANA del 29 de octubre. En su declaración ante la jueza, Polo describió una atmósfera de "absoluta indecisión" en el Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI), donde se improvisaban decisiones cruciales mientras en la confederación había un sentido de urgencia para alertar a la población.
Polo expresó su sorpresa por la parsimonia observada en el CECOPI, contrastando con el estado de alerta que existía en su equipo, que estaba completamente comprometido en enviar avisos a los ciudadanos para que buscaran refugio en pisos altos y dejaran sus vehículos.
Durante su testimonio del 19 de septiembre, Polo enfatizó que no debería darse por hecho que Emergencias estaba actuando adecuadamente. A las 10:00 horas, cuando se emitió un aviso rojo indicando un riesgo inminente de inundaciones severas, consideró que ya era posible haber planificado y enviado los mensajes necesarios para prevenir daños.
Asimismo, mencionó que alrededor de las 18:45 horas recibió información del jefe del servicio del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) sobre un aviso relacionado con el caudal del Poyo, lo cual era "evidentemente importante" dado el contexto crítico.
Polo explicó que los caudales registrados eran alarmantes, señalando que 1.600 metros cúbicos por segundo representaban un claro riesgo de desbordamiento. Sin embargo, subrayó que este dato no era aislado; otros cauces también estaban experimentando crecidas significativas al mismo tiempo.
"Si solo hubiera habido 1.600 en el barranco del Poyo, no hubiera pasado prácticamente nada", afirmó Polo, quien insistió en que a esa hora carecía de información sobre otros barrancos o ramblas susceptibles a crecidas repentinas. En este sentido, destacó que el SAIH es un sistema robusto y eficiente, aunque advirtió sobre las limitaciones inherentes a su funcionamiento durante situaciones extremas.
El presidente de la CHJ también criticó la falta de comunicación entre su entidad y el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana. Según Polo, nadie contactó con ellos para solicitar datos o asesoramiento sobre las condiciones hidrológicas durante la crisis. Esta ausencia de interacción generó dudas sobre por qué no se tomaron decisiones informadas basadas en los consejos ofrecidos por la confederación.
Polo relató cómo, al incorporarse el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, parecía asumir un papel protagónico dentro del CECOPI al ser "el que daba la palabra". También mencionó las vacilaciones de la entonces consellera de Interior, Salomé Pradas, quien recibió múltiples recordatorios sobre su capacidad para tomar medidas decisivas durante la emergencia.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 1,600 m³/s | Caudal de desbordamiento claro del barranco del Poyo |
| 2,000 m³/s | Caudal de desbordamiento del Magro |
| 800 m³/s | Caudal inicial de la rambla del Poyo antes de duplicarse |
| 18:43 horas | Hora en que no había información sobre otros barrancos o ramblas |
Miguel Polo, presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, expresó que hubo "absoluta indecisión" y "improvisación" en la reunión del CECOPI el 29 de octubre, mientras que en su confederación estaban muy preocupados por enviar avisos a la población.
Polo sugirió que a las 10 de la mañana, con un aviso rojo sobre posibles inundaciones, ya se podían haber planificado y enviado los mensajes correspondientes para alertar a la población.
Polo afirmó que el SAIH no falló en general, aunque reconoció que los caudales se desbordaron y arrastraron sensores. Destacó que el sistema observa y no predice, y que los umbrales de aviso son solo para alertar sobre el inicio de escorrentías.
Polo indicó que nadie del Centro de Coordinación de Emergencias contactó con ellos para solicitar información o interpretación de datos hidrológicos, lo cual considera crucial para tomar decisiones informadas.
Miguel Polo mencionó que Carlos Mazón parecía ser quien dirigía el CECOPI porque era "el que daba la palabra" durante la reunión.