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Identidad y Alzheimer: más allá de la memoria

Redacción | Jueves 04 de septiembre de 2025

La enfermedad de Alzheimer plantea interrogantes sobre la identidad humana, especialmente en relación con la memoria. Aunque esta enfermedad neurodegenerativa afecta la capacidad de recordar, estudios indican que la identidad no se pierde completamente, ya que aspectos fundamentales pueden mantenerse incluso en fases avanzadas de la demencia. La preservación de la identidad depende de estrategias que fomenten conexiones emocionales y recuerdos significativos. Se distinguen dos dimensiones de identidad: personal, relacionada con la percepción interna y continuidad temporal, y social, vinculada a roles y relaciones en la comunidad. Intervenciones como la reminiscencia y el trabajo biográfico son efectivas para fortalecer la identidad, sugiriendo que la esencia de una persona puede perdurar más allá del deterioro cognitivo.



La enfermedad de Alzheimer plantea interrogantes profundos sobre la naturaleza humana, especialmente en lo que respecta a la identidad. ¿Quiénes somos cuando nuestra memoria se ve gravemente alterada? Aunque esta enfermedad neurodegenerativa afecta progresivamente la capacidad de recordar y otras funciones cognitivas, la identidad trasciende a la memoria. Existen estrategias para preservar y resaltar la esencia única de cada individuo.

A diferencia de la creencia común que sugiere una pérdida total del «yo», investigaciones recientes indican que los aspectos fundamentales de la identidad pueden mantenerse e incluso fortalecerse en fases avanzadas de demencia. Por lo tanto, no es tan evidente que el Alzheimer conlleve necesariamente una pérdida absoluta de identidad.

El concepto de identidad en el contexto de la enfermedad de Alzheimer

La identidad personal se refiere a nuestra percepción interna de quiénes somos, construida a partir de múltiples redes neuronales interconectadas que gestionan recuerdos, experiencias y relaciones. Esta noción está profundamente ligada a nuestra memoria autobiográfica, que nos permite acceder a momentos significativos y a nuestras relaciones personales y sociales.

A medida que avanza el Alzheimer, estas redes neuronales se ven afectadas, pero no todas las memorias se pierden al mismo tiempo. Estudios en neuroimagen han demostrado un gradiente temporal en la pérdida de memoria autobiográfica: los recuerdos más antiguos suelen preservarse mejor que los recientes.

¿Por qué se habla de «pérdida de identidad» a consecuencia del Alzheimer?

El término «pérdida de identidad» en el Alzheimer surgió al observar cómo evoluciona la enfermedad y su impacto en el reconocimiento personal. En las fases iniciales, las personas afectadas suelen conservar recuerdos consolidados de períodos lejanos, mientras que los eventos recientes pueden verse comprometidos.

Esa preservación diferencial permite mantener un sentido básico de continuidad identitaria, basado en aspectos muy consolidados de su historia. Los diferentes tipos de memoria no son igualmente afectados ni en el mismo orden. Durante estas etapas tempranas, las personas pueden acceder a información autobiográfica general, aunque sus recuerdos específicos estén dañados.

Identidad personal frente a identidad social: una distinción fundamental

Distinguir entre dos dimensiones complementarias resulta crucial para entender el impacto del Alzheimer: la identidad personal, que abarca la percepción interna y continuidad temporal; y la identidad social, que incluye roles y reconocimiento dentro de la comunidad.

La identidad social es particularmente vulnerable al aislamiento, especialmente si familiares o cuidadores no logran mantener interacciones significativas.

Diversas investigaciones sobre atención centrada en la persona(ACP) muestran que la calidad del trato recibido influye significativamente en la preservación de la identidad social.

Recursos y estrategias para minimizar la pérdida de identidad

Diversas intervenciones han demostrado ser efectivas para fortalecer la identidad en personas con demencia. Estas se fundamentan en el hecho de que muchas capacidades permanecen intactas durante un tiempo considerable.

Intervenciones de reminiscencia

A través del recuerdo compartido de experiencias significativas, las intervenciones no farmacológicas buscan reforzar la identidad y mejorar el estado emocional. Utilizando fotografías, música, objetos personales o relatos, estas actividades fomentan también una mejor comunicación y mantienen las capacidades cognitivas.

Dichas intervenciones han demostrado eficacia ante la temida "pérdida de identidad". Ciertos estudios sugieren que actividades estructuradas pueden fortalecer el sentido del yo cuando se centran en memorias autobiográficas relevantes.

Estrategias relacionales y comunicación efectiva

Las relaciones sociales desempeñan un papel crucial a fin de preservar la identidad. Las personas con demencia dependen mucho del entorno para conectar sus experiencias pasadas con su presente inmediato. Las intervenciones más efectivas incluyen:

  • Comunicación validante, respetando siempre su experiencia subjetiva.
  • Actividades biográficamente relevantes , incorporando elementos significativos para ellos.
  • Adecuación del entorno , facilitando así la expresión personal.
  • Mantenimiento activo dentro del rol social significativo según sus capacidades preservadas.

La pérdida de identidad no es inevitable

Lamentablemente, persiste un enfoque tradicional que sostiene que con el avance del Alzheimer hay una pérdida irreversible de identidad. Sin embargo, evidencia científica actual desafía esta noción al afirmar que la identidad es compleja y puede ser preservada mediante diversas estrategias e intervenciones adecuadas.

Ciertos investigadores (Bryden et al., 2019) hablan sobre un"sentido continuo del yo", presente incluso durante toda la experiencia con esta enfermedad. Este sentido se manifiesta a través de emociones, preferencias y relaciones que perduran pese al deterioro cognitivo.

Afrontar esta realidad requiere un cambio paradigmático: pasar del enfoque centrado únicamente en pérdidas cognitivas hacia uno donde se reconozcan y nutran las capacidades aún presentes. A pesar del deterioro mnésico característico del Alzheimer, esto no tiene por qué implicar una pérdida total de identidad; esta puede entenderse como inherente a nuestras relaciones cotidianas.
La esencia continúa viva en gestos, emociones e interacciones diarias, reafirmando así su dignidad y trayectoria vital.

Preguntas sobre la noticia

¿Quiénes somos cuando la memoria se altera gravemente debido al Alzheimer?

La enfermedad de Alzheimer plantea interrogantes profundos sobre la identidad, ya que afecta la capacidad de recordar y otras funciones cognitivas. Sin embargo, la identidad trasciende a la memoria.

¿Se pierde completamente la identidad en las fases avanzadas del Alzheimer?

A pesar de la percepción común de pérdida total del "yo", algunos estudios indican que los aspectos fundamentales de la identidad pueden mantenerse e incluso fortalecerse en fases avanzadas de la demencia.

¿Qué estrategias existen para preservar la identidad en personas con Alzheimer?

Existen diversas intervenciones, como las de reminiscencia, que estimulan el recuerdo a través de experiencias significativas. Estas ayudan a reforzar la identidad y mejorar el estado emocional.

¿Cuál es la diferencia entre identidad personal e identidad social en el contexto del Alzheimer?

La identidad personal se refiere a la percepción interna de uno mismo y está relacionada con la memoria autobiográfica, mientras que la identidad social depende de las interacciones y roles dentro de una comunidad.

¿Cómo pueden los familiares ayudar a preservar la identidad social de una persona con Alzheimer?

Los familiares pueden ayudar mediante un enfoque relacional activo que incluya reconocimiento y validación de las emociones y experiencias del individuo afectado.

¿Es inevitable la pérdida de identidad en el Alzheimer?

No, según evidencia científica actual, aunque hay alteraciones en la memoria, no necesariamente resulta en una pérdida total de identidad. La esencia de una persona puede permanecer presente a través de sus relaciones y emociones.

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