La Conferencia Episcopal ha respondido a las declaraciones de Santiago Abascal, líder de Vox, tras el veto al uso del polideportivo de Jumilla para festividades islámicas. Los obispos han rechazado esta prohibición, considerándola una discriminación intolerable en una sociedad plural y democrática. El arzobispo de Tarragona afirmó que "un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano", defendiendo la libertad de culto y la convivencia entre diversas creencias. Otros representantes eclesiásticos también han condenado el uso político de los migrantes y han abogado por el respeto a sus derechos sociales. La Iglesia enfatiza que imponer restricciones por motivos religiosos es inaceptable.
La reciente decisión del Ayuntamiento de Jumilla de prohibir el uso del polideportivo municipal para celebraciones religiosas islámicas ha suscitado una fuerte reacción por parte de la Conferencia Episcopal. Este veto, impulsado por Vox y respaldado por el Partido Popular, ha sido calificado como un ataque a la diversidad religiosa en una sociedad que se define como plural y democrática.
El líder de Vox, Santiago Abascal, no tardó en responder a las críticas provenientes de la jerarquía católica, sugiriendo que sus posturas podrían estar influenciadas por subvenciones públicas destinadas a organizaciones caritativas que asisten a inmigrantes. Asimismo, insinuó que los escándalos de abusos sexuales en la Iglesia han dejado a esta institución \"amordazada\" ante ciertas políticas.
Frente a estas declaraciones, varios representantes de la iglesia han manifestado su desacuerdo con el veto en Jumilla. El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, fue contundente al afirmar que “un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano”. Esta declaración refleja la postura de muchos dentro de la comunidad religiosa que defienden la inclusión y la convivencia pacífica entre diferentes credos.
El cardenal Cobo también se pronunció sobre el tema en un artículo de opinión, donde defendió la libertad de culto y argumentó que “el uso ordenado de un polideportivo para unas festividades tradicionales, familiares y de fe no parece perturbar la convivencia en una población con una presencia significativa de pluralismo religioso”.
En días recientes, el arzobispo de Santiago de Compostela calificó como \"inaceptable\" el uso político de migrantes y refugiados. Desde Valdepeñas, un sacerdote hizo un llamado a favor de los derechos de los temporeros, subrayando que “merecen dignidad, ser dados de alta y que se respeten sus derechos sociales”.
Las voces eclesiásticas coinciden en señalar que imponer restricciones basadas en motivos religiosos es una forma intolerable de discriminación que no debe tener cabida en una sociedad democrática. La controversia en Jumilla pone sobre la mesa cuestiones fundamentales sobre la libertad religiosa y los derechos humanos en España.
Se aprobó una moción promovida por Vox y respaldada por el PP que prohíbe el uso del polideportivo municipal de Jumilla para festividades religiosas islámicas.
La Conferencia Episcopal salió públicamente en defensa de la comunidad musulmana afectada, rechazando el veto y denunciando que restringir por motivos de fe es una discriminación intolerable en una sociedad plural y democrática.
El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, afirmó: "Un xenófobo no puede ser un verdadero cristiano".
El cardenal Cobo defendió la libertad de culto en un artículo de opinión, subrayando que el uso ordenado del polideportivo para festividades tradicionales no perturba la convivencia en una población con pluralismo religioso significativo.
Diversos representantes eclesiásticos han condenado las declaraciones del líder de Vox y han expresado su rechazo al veto. Un arzobispo calificó como "inaceptable" utilizar a migrantes y refugiados como "arma política".
Coinciden en que imponer restricciones basadas en motivos religiosos constituye una discriminación intolerable que no puede permitirse en una sociedad plural y democrática.